El Bar Flotante cierra sus puertas el 23 de octubre. | Manu Gon

El día 23 de octubre cerrará sus puertas uno de los puntos emblemáticos para la mayoría de los residentes todo el año en la isla de Ibiza, el Bar Flotante de Talamanca.

Tras muchos rumores, dimes y diretes, desgraciadamente se ha confirmado la noticia que muchos no querían que fuera realidad y, según aseguró ayer por la mañana a Periódico de Ibiza y Formentera su administrador desde 2007, Jean Pierre Vivares Alexandre, el domingo 23 se celebrará «una gran fiesta hasta que se vaya el último de los invitados» y posteriormente el 1 de noviembre hará entrega de las llaves a sus dueños.

Jean Pierre Vivares.Foto: Daniel Espinosa.

En este sentido, este francés de padres nacidos en Martinica pero natural de París con amplia experiencia en la hostelería en la isla, no ha querido desvelar el nombre de los dueños del Bar Flotante «ya que la relación no es del todo buena tras haber vivido distintos desencuentros a lo largo de estos 15 años» aunque sí que confirmó que se trata de «una familia ibicenca de toda la vida».

De hecho, ni siquiera él sabe que va a pasar con este mítico bar de Talamanca dentro de unas semanas. «Si te digo la verdad no tengo ni idea, porque desde hace 15 años no hemos parado de oír rumores de todo tipo, sobre unos y sobre otros, pero lo que si tenemos claro es que nos echan porque a los dueños alguien ha llegado por detrás con mucho más dinero del que nosotros podemos ofrecer».

A pesar de ello, Vivares Alexandre tiene una petición a los nuevos administradores. «Sé que no se puede garantizar pero creo que si alguien nos escucha creo que sería muy bueno que el Bar Flotante no perdiera esa esencia que le ha hecho especial durante todos estos años porque la gente de la isla no lo entendería y porque al final lugares como estos son los que siguen haciendo de Ibiza un lugar distinto».

Desde marzo de 2007

Jean Pierre Vivares Alexandre se hizo con la concesión del Bar Flotante el 1 de marzo de 2007 cuando quien lo gestionaba con anterioridad se lo ofreció a su socio.

Anteriormente dueño de la pizzería El Jardín de Santa Gertrudis durante nueve años y cocinero en destacados restaurantes de Plaja d’en Bossa durante casi dos décadas, rápidamente entendió que podía ser una buena oportunidad de negocio «siempre y cuando mantuviera su esencia de lugar de encuentro para todos aquellos que buscaran comida y bebida a precios asequibles en una pequeña terraza y viendo el mar a escasos metros».

Dicho y hecho. Con el tiempo, y en estos 15 años, mantuvo la filosofía consiguiendo un gran éxito. «Durante todos este tiempo hemos vivido cosas muy bonitas pero creo que lo más importante es habernos convertido en un lugar de referencia para los que vienen buscando todo lo contrario a los beach clubs o restaurantes de precios desorbitados, trabajadores de todo el año que saben que solo cerrábamos mes y medio o turistas que temporada tras temporada siempre nos hacían una visita cada vez que venían de vacaciones».

Además, al administrador del Bar Flotante se le acumulan cientos de anécdotas, la mayoría relacionadas con la marea cuando llegaba hasta las mesas de la terraza. «Alguna vez he pensado que este sitio tiene algo que mágico porque durante todos estos años nunca se nos ha inundado tanto el local para provocarnos grandes daños, como mucho alguna vez que entraba alguna ola cuando teníamos la puerta de dentro abierta y porque si lo tenemos todo cerrado es el propio mar quien rodea el pequeño edificio sorprendiendo a todo aquel que lo ve».

Sin embargo, estos tres últimos años han sido también muy duros. Vivares Alexandre recuerda el daño que hizo la pandemia del coronavirus «sobreviviendo con los trabajadores que tenía aprovechando el único punto positivo de tener horarios restringidos», y como esta última temporada se ha notado la escasez de personal cualificado quedándose con unos 8 cuando llegó a tener hasta 22 contratados. «Con diferencia este verano ha sido el peor porque la gente se cogía bajas, no respetaba los horarios y no encontrábamos gente seria. Tanto que en más de una ocasión, en agosto, hemos cerrado la sala de dentro para poder atender la terraza de fuera», concluyó.