Arranca el juicio por el atropello mortal de la joven Vanessa Patricio Escandell. | Arguiñe Escandón

Camino de los seis años de un proceso judicial con tortuosos giros de guión, el caso de Vanessa Patricio Escandell ha empezado a ser juzgado este miércoles en la sala de lo Penal número 2 de Ibiza. En la banqueta de los acusados se sentaron los dos conductores implicados en el accidente que acabó costándole la vida a la joven que la mañana del 9 de febrero de 2017 caminaba junto al arcén de un vial de servicio en Sant Jordi y fue golpeada por el todoterreno que conducía un hombre. El juicio se desarrolló en una sala repleta de familiares y amigos de la víctima. Durante la vista se vivieron momentos duros y la resolución de este proceloso caso (que fue archivado y reabierto) se demorará todavía unas fechas, ya que el testimonio de un perito se ha aplazado y ha sido fijado para el 15 de diciembre.

La vista oral arrancó ayer con los interrogatorios a los dos acusados. Los dos rechazaron sendas acusaciones como autores de un delito de homicidio imprudente.

La acusación particular solicita una pena de cuatro años de prisión para el conductor del todoterreno Land Rover que arrolló a la joven tras ser golpeado por el Seat Ibiza que conducía la otra acusada, para la que piden una pena de dos años de cárcel. La Fiscalía solo mantiene un delito de imprudencia para la conductora.

El caso presentó numerosas aristas que ahora deben resolverse. El conductor del todoterreno dio positivo en cocaína, un factor que para la Policía Local de Sant Josep, que investigó el siniestro, motivó un estado de desinhibición que le llevó a hacer un adelantamiento indebido. «Me hice una raya a mediodía del día anterior», aseveró el acusado que sostuvo que consumía esporádicamente los días que tenía papeleo en su taller de reparación de coches.

«Tras el accidente me comentó que esa mañana se había fumado un nevadito (cigarrillo con cocaína) para afrontar el día», aseguró el agente instructor del atestado. Respecto a la velocidad, el acusado dijo que podría ir a unos 60 o 70 km/h. «Tenía espacio para adelantar y no vi a ningún peatón. Impacté contra el quitamiedos y entonces vi a la chica», indicó. La Policía Local no realizó pruebas de medición pero calcula que el conductor circularía a unos 90 km/h. Informes de la Guardia Civil lo elevan a 95 km/h.

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Por otro lado, la otra conductora acusada (compañera de trabajo de la víctima) golpeó al todoterreno al hacer un giro a la izquierda para acceder a un solar donde solían aparcar. En su declaración aseguró haber mirado por el retrovisor y puesto el intermitente.

«Es una zona conflictiva y por eso extremé las precauciones. Miré y no vi a nadie, ni al coche ni a Vanessa, que iba con la camisa blanca del trabajo. Lo he sentido todos los días», relató con la voz resquebrajada.

La señalización con los intermitentes fue un factor desmentido por el otro implicado y que la investigación no aclaró. «Los intermitentes estaban apagados y tenía metida la segunda», reiteró el agente responsable del atestado.

Y a los factores humanos se suman las múltiples incógnitas derivadas del vial donde se produjo el trágico accidente. La Policía Local de Sant Josep lo considera desde 2014 como una vía urbana para acceder al polígono industrial. No hay señales que lo indiquen pero la velocidad máxima sería de 50 km/h. A ello se suma la presencia de una línea continua con dos pequeños tramos de discontinua. El punto exacto donde se produjo el impacto es clave para determinar las responsabilidades de cada acusado.

Las acusaciones particulares ponen el foco en la excesiva velocidad a la que circulaba el conductor que dio positivo en cocaína en el test de droga.

«Ha costado mucho y han pasado casi seis años pero esperamos que se haga justicia para Vanessa. Hemos llegado a la vía penal y el final está más cerca», apuntaron Cati Escandell y José Ibarra, madre y pareja de la víctima, respectivamente, a su llegada a los juzgados junto a otros familiares y amigos de Vanessa.

El apunte

La batalla judicial impulsada por la familia reactivó la causa

El juzgado de loPenal número 2 de Ibiza empezó a juzgar ayer el atropello mortal de Vanessa Patricio Escandell tras una larga y dura lucha judicial por parte de la familia de la joven de 32 años. En junio de 2018, el juzgado de Instrucción número 2 de Ibiza decretó el archivo provisional de la causa penal contra los dos conductores, lo que permitiría a los familiares de la fallecida reclamar únicamente por los perjuicios económicos por la vía civil, pero sin solicitar penas de cárcel. No obstante, en 2020 la Sección Primera de la Audiencia Provincial dictó un auto en el que estimó el recurso de apelación interpuesto por la familia y revocó el archivo de la causa penal. En paralelo a la vía judicial, la familia de Vanessa impulso varias campañas para denunciar tragedias como la sufrida.