A la limpieza constante de sus negocios se suman las dificultades que tienen para abastecerse de mercancías. | Daniel Espinosa

El Ayuntamiento de Ibiza se reunirá este próximo lunes con los comerciantes afectados por las obras de remodelación de la avenida Isidor Macabich. El encuentro tendrá lugar en la sede de la Concejalía de Turismo y Comercio, cuya titular, Desirée Ruiz Mostazo, recibirá a estos ciudadanos que enviaron al Consistorio semanas atrás un duro escrito relatando los problemas que están sufriendo por culpa de estos trabajos desde finales del pasado mes de marzo. Una situación que, además, se está viendo agravada por la obligación de cumplir las medidas del decreto de ahorro energético aprobado por el Gobierno central el pasado mes de agosto.

Los afectados dirigieron el escrito, acordado por comerciantes y vecinos, al Consistorio hace dos semanas. Su objetivo es que el Ayuntamiento les proporcione ayudas económicas «para paliar los descensos en los ingresos» y poder «hacer frente a los alquileres de locales comerciales». Además, reclaman compensaciones «por los daños y desperfectos sufridos como consecuencia de las obras», así como la «exoneración del pago de los impuestos municipales anuales» relativos a los servicios que no se han llevado a cabo. Finalmente, reclaman apoyo económico para poder adaptarse al decreto de ahorro energético y que se comunique la planificación de los trabajos «semana a semana» a cada comercio.

«Peor que la pandemia»

En este escrito, los comerciantes explican cómo la controvertida remodelación de esta avenida les está perjudicando. En este sentido, destaca sobre todo el caso de la administradora de la Zapatería Juanita, Juana Nieto, quien relata que su empresa ha sido «consistente y rentable» y que «ha funcionado bien» hasta la llegada de estos trabajos. «Estas obras», explica en el escrito, «han provocado que la temporada de 2022 haya sido peor que los años vividos de pandemia».

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En estos momentos, Nieto no puede ni tan siquiera pagar el alquiler del local en el que está instalado su negocio. Tampoco a los proveedores. Y esto ha provocado que tenga que «pedir dinero a familiares y líneas de crédito al banco». No quedan ahí sus quejas. Asegura que hay fabricantes que ya no le sirven género «debido a la falta de pago de algunas letras». «Sin suministro», añade, «no hay género y sin género no hay ventas ni ingresos». Por si esto no fuera suficiente, Nieto denuncia «daños en el local y en los productos expuestos debido a la suciedad producida por el polvo y bichos como cucarachas, que se suman al malestar de los pocos clientes que visitan, junto con los ruidos excesivos de los tractores y las máquinas».

La presidenta de la Asociación de Comerciantes, Marta Tur, es la responsable de Almacenes Tur. En el escrito, denuncia la falta de comunicación por parte del Ayuntamiento en lo relativo a las fases de los trabajos. «No hemos tenido ninguna información en cuanto a cómo se debía llevar a cabo la recogida de basuras», asegura, «tampoco se comunicó el vallado actual de la calle, pasando a ser un paso de un metro y esto ha dificultado enormemente la entrega de materiales». En Almacenes Tur han detectado, como en el resto de comercios de la calle, una notable bajada de la actividad y de los ingresos, «mayor incluso que durante la pandemia».

La clínica Vivanta Dental también se ha visto muy perjudicada por esta remodelación. En este caso, denuncia que los operarios les «cerraron el acceso a los trabajadores y los pacientes». «No han habilitado zona de paso al acceso una vez habilitada la entrada», prosigue, «y han dejado todo tipo de material por el camino: ladrillos, cables, herramientas…». Y aseguran que les ha resultado «difícil poder contactar con alguien para intentar solucionar la situación».

Carga y descarga

En Bottega Caffe Pascucci las cosas no son muy diferentes. Su propietario, Leonardo Siciliano, relata en el escrito dirigido al Ayuntamiento que las obras le han perjudicado especialmente por los cortes de suministros, que han impedido que pueda «realizar la actividad con normalidad» y le han obligado a «tener que cerrar algunos días, con la pérdida de dinero que eso conlleva». Al igual que otros establecimientos de la calle, Siciliano tiene dificultades para recibir la mercancía y denuncia que la desaparición de los aparcamientos dificulta «poder cargar y descargar la furgoneta».

El apunte

El día a día entre ruido, polvo, contenedores desaparecidos y aparcamientos lejanos

Los vecinos de Isidor Macabich también están sufriendo las consecuencias de la remodelación de la avenida. Al ruido y al polvo constante añaden otras quejas como la desaparición de los contenedores de recogida de basura y su sustitución, en otras ubicaciones, por otros en los que «no cabe todo». Una vecina de la calle que no ha querido ser identificada ha explicado que no es «lógico» que el Ayuntamiento impulse la recogida selectiva de residuos «y ahora sea imposible hacerlo por las obras». Añade que también hay preocupación entre los residentes en esta avenida por la colocación de las nuevas baldosas de la misma: «Están mal puestas y para fijar las juntas han tirado arena pero no la han extendido. Somos los peatones los que la movemos y luego nos la llevamos a nuestras casas».

Otro residente en la zona que también ha declinado dar sus datos explica que «no tiene mucho sentido que haya todo el día un señor con una señal de tráfico diciendo a la gente por dónde tiene que pasar». En su caso, la queja va más allá pues con la desaparición de los aparcamientos tiene que dejar el coche lejos de su domicilio. «Eso sí, el Ayuntamiento en enero me cobró lo de la tarjeta para aparcar», lamenta, «y ahora resulta que me tengo que ir hasta Juan XXIII porque aquí no hay sitio para dejar el coche». Entre los vecinos consultados por Periódico de Ibiza y Formentera preocupa especialmente qué va a suceder con el arbolado de la avenida. Aseguran que «no parece que hayan destinado zonas para plantar árboles», lamentan que los que había antes fueran destruidos y no trasplantados y temen que Isidor Macabich acabe «peor que la avenida Vuit d’Agost».