Sant Jordi acogió este fin de semana la VI edición de la Fira de la Sal, un evento que ha servido para rendir homenaje a un producto que ha sido esencial en la historia y la industria de la isla balear hasta mediados del siglo pasado. «Durante este encuentro se ha dado a conocer la tradición y las costumbres que giran alrededor de la sal», subrayó a Periódico de Ibiza y Formentera la Agente de Orientación y Desarrollo Local del Ayuntamiento, Nieves Jiménez.

Un oro blanco que durante siglos representó la primera industria y actividad económica de la isla. Para ello, desde el Ayuntamiento de Sant Josep se han llevado a cabo distintos itinerarios guiados para explorar las Salinas, tanto a pie como en bicicleta.

Además, según Jiménez, los asistentes también observaron a las aves que habitan los estanques en torno al centro de interpretación. «El municipio de Ses Salines debe su nombre a las milenarias salinas de sal marina situadas en el núcleo de la Colonia de Sant Jordi», subrayó mientras los más pequeños jugaban con la montaña de sal ubicada en la plaza de la iglesia de Sant Jordi. Sin duda, este sábado se vivió una jornada muy especial en el pueblo dedicado a la gastronomía con distintos talleres relacionados con la sal y un showcooking de Iñigo Rodriguez. Todo amenizado con la música de Swingin Tonic & The Blue Kids, el baile payés del Grup Folklòric de Sant Jordi de ses Salines y un mercado artesanal y de producto local. También hubo actividades infantiles, pasacalles de Ackrobati-k y una exposición de los trabajos del concurso de dibujos de los alumnos del municipio.

La bendición de la sal

Por la tarde, se recreó la tradición de la salpassa, la bendición de la sal. Una tradicición que tuvo lugar antes de la proyección de imágenes sobre la iglesia de Sant Jordi sobre los trabajos vinculados a la sal con música de piano a cargo de Bartomeu Marí.

El domingo, 30 de octubre, a las 11 horas se hará el encendido del fogueró tradicional de la feria, en s’era des munt de sal des Pantano.