Los policías tutores que ofrecieron la charla. | Arguiñe Escandón

Varias hileras de niños y niñas de pie, o sentados en el suelo, empezaron a colocarse en la muñeca pulseras especiales de la amistad mientras se miraban con cara de afecto. Los pequeños acababan de observar, relajados y atentos, un corto sobre acoso escolar con dibujos animados para despertar la solidaridad infantil e inculcar valores desde edades muy tempranas, como forma de luchar contra el bullying y prevenirlo. Bajo esta premisa, los dos policías tutores de Sant Antoni pasaron la mañana de ayer en el CEIP Guillem de Montgrí para impartir un taller de prevención que incluyó un vídeo para ejemplificar esta problemática.

«Son muy pequeños. Por eso es importante recurrir a dibujos, cuentos o situaciones a través de juegos para ayudarles a detectar si un compañero necesita apoyo», señaló ayer Ángel Luna, policía tutor de Sant Antoni minutos antes de repartir las pulseras de superhéroes. Los pequeños, que tienen entre seis y siete años, miraban concentrados el vídeo de animación protagonizado por Pablo, un niño diferente al resto al no tener piernas sino alambres.

Ser diferente

Un cortometraje que mostró a los pequeños los diferentes perfiles que se dan en una situación típica de acoso escolar; desde los compañeros que tienen comportamientos de marginación, hasta aquellos que detectan este aislamiento y ayudan a las víctimas de acoso. «El ser diferente suele ser uno de los motivos por los que los niños y adolescentes sufren acoso escolar y ciberbullying», indicó el agente Ángel Luna durante el cortometraje.

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En este sentido, explicó que la actitud de Marina, una de las compañeras que ayudó a Pablo, tiene que hacerles pensar. «Aunque seamos distintos, con características diferentes, si observamos que alguien está triste, debemos acudir al profesor. Nos puede suceder también a nosotros», puntualizó este agente. Tras la finalización del vídeo, el alumno Joseph preguntó con naturalidad: «¿Y qué hago? ¿Le pregunto qué le pasa?» «Claro, nos tenemos que acercar y preguntar», respondió Luna haciendo hincapié en la importancia de detectar en edades tempranas estas emociones e interiorizar las consecuencias del acoso escolar.

Móviles con 10 años

Pese a que estos talleres los realizan siempre para alumnos de Secundaria de los centros educativos de Sant Antoni, ayer ambos policías decidieron impartir, por primera vez, esta charla a alumnos de primero y segundo de Primaria. «Aunque a estas edades no hay casos de acoso escolar, es importante que empiecen a conocer ya este fenómeno», apuntó el agente Juan Manuel Fernández. Sin ir más lejos, señaló que en Secundaria se ha incrementado el ciberbullying: el acoso a través de las redes sociales. «Se ha reducido el absentismo escolar, pero han aumentado las personas víctimas de ciberacoso en Sant Antoni», puntualizó este policía sin concretar las cifras registradas.

Además, este aumento coincide con la presencia de los dispositivos como tablets o móviles a edades más tempranas. «Con 10 años los niños ya tienen móvil y ya empiezan a tener redes sociales», indicó con preocupación. Una realidad que facilita esta situación de acoso escolar que, según este agente, conlleva el desarrollo de un protocolo de actuación e intervención «muy largo». «Cuando se detecta algún comportamiento llamativo, se pone en conocimiento de las familias y de los educadores. Y, dependiendo del caso, se requiere la intervención de Servicios Sociales e incluso el caso puede llegar al Juzgado», apuntó el policía tutor de Sant Antoni.

El apunte

Cuento Súper Niños

La jornada de ayer es el claro ejemplo de cómo un cuento infantil de sensibilización se puede convertir en un taller educativo de cinco sesiones. «Hace dos semanas, los docentes empezaron a trabajar la inclusión escolar a través del cuento Súper Niños, con protagonistas que tienen diversidad funcional. Desde entonces, se han ido impartiendo talleres como éste», destacó Emma Torres, profesora del centro e impulsora de la iniciativa.

Asimismo, subrayó que la semana pasada impartió un taller a estos pequeños la intérprete en lengua de signos Carolina Requena, miembro de la Federación de personas sordas de las Islas Baleares (FSIB), y el lunes 7 de noviembre organizarán un taller de sensibilización en el que un miembro de la ONCE desarrollará una jornada de inclusión educativa para los alumnos de Primaria. «Hay que actuar desde que son pequeños con iniciativas de concienciación escolar», puntualizó mientras el alumno José Cardona musitaba: «Hay personas que no pueden hacer lo que nosotros hacemos, por eso hay que ayudarles». Sin duda, como reconoció el agente Luna, estas formaciones pueden ser una de las mejores armas que el ámbito educativo tiene para poder combatir el bullying.