Alrededor de 150 personas se dieron cita en la tarde de este sábado en el salón de actos de la Universidad de les Illes Balears en Ibiza para homenajear a todas aquellas personas que hicieron posible que Ses Salines sea, a día de hoy, un parque natural y no otra ciudad de la isla de Ibiza. El Institut d’Estudis Eivissencs, uno de los principales promotores de esta protección de esta zona tan sensible de la isla, hizo entrega de su medalla de oro a aquellos que, tanto en 1977 como en 1995, hicieron posible que no se urbanizara esta zona.

La primera de las condecoraciones fue para la Comisión de Defensa de ses Salines, que cuando ya había un proyecto de urbanización que sólo estaba pendiente de una firma para su aprobación consiguió movilizar a la sociedad ibicenca y paralizar el proyecto. La medalla la tenía que haber recogido Pep Costa, pero al haber fallecido la recogieron su viuda, Ascensión Joaniquet, y su hijo Carlos.

También recibieron su merecido homenaje aquellos que, tras cernirse otra amenaza de urbanización en los años 90, lucharon para lograr que el paraje fuera definitivamente un parque natural. El encargado de recoger la medalla, en este caso fue el ex político y activista José Ramón Balanzat.