La vista se ha celebrado este lunes en la Audiencia Provincial de Palma. | Archivo

Un año y ocho meses de prisión. Es la pena impuesta por la Sección Primera de la Audiencia Provincial a un joven, británico de 27 años, juzgado este lunes como autor de un delito contra la salud pública tras ser detenido en Ibiza en mayo de 2017.

El procesado reconoció los hechos ante el tribunal y ratificó el acuerdo de conformidad que previamente había alcanzado su defensa y el Ministerio Fiscal, que inicialmente solicitaba una pena de 3 años y medio de prisión y multa de 2.000 euros.

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Los hechos juzgado se remontan a la noche del 22 de mayo de 2017, cuando el joven fue sorprendido por agentes de la Guardia Civil cuando se disponía a entrar en una discoteca portando entre sus pertenencias un total de 45 pastillas de éxtasis, 12 bolsitas que contenían ketamina, otras dos con cocaína y una con MDMA.

Según el relato de los hechos, el investigado se disponía a vender estas sustancias en el interior de la sala. La mercancía le habría reportado unos 1.000 euros.

Asimismo, los agentes intervinieron al detenido 70 euros en billetes fraccionados.