La imagen de dos caballos desnutridos con las costillas marcadas en una casa de campo de Sant Antoni.

El maltrato y abandono animal aumenta cada vez más en la isla de Ibiza, una crueldad que se manifiesta especialmente hacia los animales de granja y perros destinados a la caza o guarda de fincas y negocios. Así de contundente se muestra para Periódico de Ibiza y Formentera el director de una de las protectoras y portavoz de la Fundación Basta Ya, Alejandro Gutiérrez. Sin ir más lejos, este hombre señala que esta Fundación acoge actualmente a más de 300 animales rescatados de situaciones de maltrato repartidos entre sus refugios y casas de acogida. «Este aumento se debe, sobre todo, a que más personas se atreven a denunciar los casos que ven, gracias a una mayor concienciación y sensibilización», explica el portavoz de la entidad. En este sentido, explica que es importante difundir con responsabilidad los casos de crueldad animal, ya que de lo contrario no serviría de nada.

Subraya que ha visto todo tipo de agresiones y situaciones impactantes que han llevado a la entidad a llevar a cabo acciones legales para conseguir el requisamiento del animal y una sanción para el propietario, pero estas denuncias «desgraciadamente» no siempre se han estudiado. «Nos conocen todas las administraciones de la isla por la guerra que damos siempre», apuntan desde la entidad. En este sentido, entre los casos más desoladores que recuerda Alejandro, está el de unos cerdos con sarna que parecían galgos, un grupo de gallinas en mal estado cuyos dueños vendían sus huevos, corderos y ovejas que vivían con cadáveres de animales y caballos encerrados todo el día en la cuadra.

Casos de crueldad

Desde la asociación señalan que actualmente están llevando varios casos relacionados con este tipo de maltrato. Uno de ellos fue denunciado por este medio hace pocos días y es la situación de abandono que sufren los animales que viven en una casa de campo ubicada en Sant Antoni. Los vecinos señalaron que en cuatro o cinco años han muerto tres caballos y el resto tiene signos de malnutrición.

También denunciaron que tiene ovejas abandonadas vagando por la parcela sin haber sido esquiladas y sobreviviendo a su suerte en un terreno descuidado y con escaso alimento. Declaraciones que ratifica Alejandro, puesto que la Fundación lleva meses solicitando tanto al Consell d’Eivissa como al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) que actúen sobre esta crueldad y sobre el propietario. Consideran que estos comportamientos han aumentado porque no hay consecuencias. Sin ir más lejos, subraya que, en este caso de Sant Antoni, el dueño ha desplazado a los caballos desnutridos a otro de sus terrenos para que los vecinos no puedan observar el estado de los equinos.

El otro seguimiento se está efectuando muy cerca de esta casa, también en Sant Antoni, y está relacionado con la crianza ilegal canina. Explica que se trata de un supuesto criadero de perros de gran tamaño e indica que de los 12 animales que alberga este espacio, solo cuatro de ellos recibieron sus vacunas, y fue en el año 2017. «Esta situación ya se puso en conocimiento del Consell d’Eivissa hace casi seis años cuando solo había dos parejas de estos perros, que pesaban entre 50 y 80 kilos», lamenta con indignación. Asimismo, denuncia que esta propiedad no está ni registrada como núcleo zoológico y hace hincapié en que algunos de estos daños ocasionados no tuvieron consecuencias formales.

Seguimiento y verificación

Desde la fundación indican que cuando reciben el aviso o la denuncia lo primero que hacen es llevar a cabo un seguimiento para verificar que el maltrato existe, puesto que algunas veces es una falsa alarma y no existe tal abandono animal. Cuando constatan que la crueldad campea a sus anchas, denuncian este hecho ante el Consell d’Eivissa y el Seprona para que se personen en las instalaciones del dueño e impulsen una actuación coordinada.

No obstante, señalan que no siempre consiguen un informe desfavorable que permita la retirada de estos seres vivos y el pago de multas por parte de los dueños. Puntualizan que hacen falta leyes más eficaces que aumenten todo tipo de inspecciones hacia los particulares, pero también hacia los centros con el objetivo de acabar con esta lacra que persiste en Ibiza. «Lo más importante y prioritario es que los animales no sigan en manos de sus maltratadores», apunta con rotundidad.