Imagen de la página web del centro no reconocido por Educación.

Con sede también en Madrid, se presentan en su página web como un centro educativo en el que el conocimiento del mundo interior a través de pensamientos o emociones es tan importante como el conocimiento del mundo exterior. Patricia se animó a inscribir a su hijo de cinco años en esta escuela (Universal Mandala) que, en principio, se ubicaba en el municipio de Sant Joan y que después fue trasladada a la localidad de Sant Carles. Para la inscripción, Patricia llegó a abonar 8.000 euros.

La sorpresa llegó en septiembre, cuando después de las vacaciones de verano esta familia recibió un correo electrónico en el que, desde el centro, le contaban los «problemas» que habían surgido en el edificio del colegio donde se ejecutaban unas obras.

El 17 de septiembre, durante una reunión con responsables de esta escuela, los padres descubrieron que el colegio no contaba con la preceptiva licencia para impartir clases y, según Patricia, tampoco para ejecutar determinadas obras. Así, los padres se quedaron compuestos y sin un colegio para sus hijos: «De 84 niños que iban a comenzar el curso en este centro, 40 dijeron que no porque lo pusieron en marcha en Sant Antoni. Muchos rechazaron entonces llevar allí a sus hijos porque les cae lejos y no sabían que el colegio no tenía licencia».

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Esta mujer está exigiendo desde hace meses que se le devuelva el dinero de la inscripción. Por el momento, tan solo ha recibido respuestas pidiéndole que tenga «esperanza y buena fe».
Patricia ha podido saber que a otras personas sí les han devuelto ya la inscripción: «Debieron llegar a recaudar 600.000 euros. Cómo puede ser que no tengan ahora dinero».


Tras todo lo sucedido, ella tuvo que inscribir a su hijo en un centro internacional de la isla de tipo privado «porque a finales de septiembre ya no había mucha opción». Al principio, se animaron a matricular a su pequeño en este particular colegio de Sant Carles «porque solo tenían a 19 niños, no 84 como ahora, lo cual tampoco nos gustó nada».

Desde la Conselleria balear de Educación aseguraron ayer que no se trata de un centro educativo como tal puesto que no está autorizado ni reconocido como tal por la propia Conselleria de Educación.