Los vecinos temen las consecuencias por el uso de las aspisonadoras en Isidor Macabich. | Daniel Espinosa

A los problemas de ruido y polvo, los vecinos y comerciantes de Isidor Macabich pueden sumar ahora otra desagradable consecuencia de los faraónicos trabajos en la avenida: los enormes temblores que están sintiendo desde el pasado jueves debido al uso de maquinaria pesada como apisonadoras.
Muchos residentes en la avenida expresaron este sábado su inquietud por los perjuicios estructurales que, a largo plazo, pueda tener el uso de estas máquinas sobre sus viviendas o negocios.

Adelaida, una empresaria de la zona que regenta un comercio de moda, aseguró que «es terrible porque tiembla todo el suelo. Las puertas de mi local van a estallar».

También relató que, debido a las obras, las puertas de su boutique han quedado inservibles: una sin poderse abrir y la otra medio bloqueada. Según consideró, los desniveles en el suelo causados con los trabajos pueden ser la razón de este problema.

«Aquí no da nadie la cara. Se lo hemos dicho al Ayuntamiento y me dijeron que iban a venir a ver las puertas y que el seguro de la obra me iba a pagar estos desperfectos. No ha venido nadie», lamentó.
Adelaida también expresó su preocupación por las consecuencias del uso de las apisonadoras en los edificios de Isidoro Macabich. «No se puede estar ahí. No pasa gente y nos han arruinado, cuando dijeron que el 3 de diciembre iba a estar terminado. Anunciaron también que nos iban a traer luces para los escaparates y es todo mentira. Les da lo mismo», insistió.

Esta comerciante reconoció que sus ventas han bajado cerca del 70% en estos últimos meses. «¿Quién va a pasar por estas calles?», lamentó. Carmen, una de las vecinas residentes en la avenida, explicó este sábado cómo, de repente, el pasado jueves los armarios de su cocina comenzaron a moverse de manera muy brusca, unos temblores que notaron también el resto de residentes. «Nuestra comunidad lo va a poner en conocimiento del Ayuntamiento. Llevamos un año patético porque estás pagando por vivir en una avenida y no tienes ni dónde tirar la basura. Hemos pagado los impuestos como corresponde y durante un año no vamos a tener absolutamente nada», denunció Carmen.

Al igual que otros residentes, esta vecina de Ibiza reconoció temer que, a la larga, los fuertes temblores provoquen problemas estructurales en sus viviendas: «Lo que me preocupa es esto. Si los edificios tienen alguna pequeña grieta, estos temblores pueden afectar». José María, residente en el cuarto piso de otro de los edificios de la avenida, aseguró que desde el jueves «esto parece un terremoto». Al igual que Carmen, su preocupación gira entorno a los efectos que la maquinaria pesada pueda causar en sus inmuebles. «¿Quién me dice que algo así no puede pasar?. En estos portales hay mucha gente mayor y están asustados», lamentó.

Las explicaciones de los encargados de la obra no lograron este sábado tranquilizar a este vecino, quien alertó sobre otros aspectos de la reforma: «Justo donde vivo hay una entrada de gas ciudad y allí van a plantar un árbol. ¿Nadie ha pensado en lo que podrán provocar las raíces de estos árboles cuando crezcan?». «Nadie se puede imaginar lo que hemos vivido, con innumerables cortes de agua en pleno verano», añadió también.

Residentes en la calle Fray Vicente Nicolás también comentaban este sábado cómo notaban en sus viviendas los temblores causados por la apisonadora.

Otra vecina de Isidoro Macabich relataba además cómo, cada vez que la apisonadora se ponía en marcha, sus mascotas lo pasaban realmente mal debido a los temblores.