Carolina Escandell.

Tras casi tres décadas en el sector de la banca, la vida de la consellera Carolina Escandell (Ibiza, 1967) dio un vuelco radical en 2019 al entrar a formar parte del equipo de gobierno del Consell d´Eivissa.

A punto de acabar legislatura, ¿cómo valora su etapa en el mundo de la política?
—A nivel profesional ha sido una gran oportunidad. Yo siempre había tenido claro que cuando cerrara mi trayectoria en el mundo de la banca, algo que hice después de 28 años, iba a participar de alguna manera en actividades de tipo social. Quiero recordar que yo vengo de una antigua caja de ahorros muy vinculada a la obra social y siempre he vivido mi trayectoria en el mundo financiero vinculada a este camino. Ha sido un ámbito que siempre me ha atraído mucho y, por circunstancias personales, he estado ligada a ello y he ido viendo la importancia de este sector. Tenía muy claro que cuando acabara mi trayectoria en la banca, quería vincularme a él, aunque lo que nunca esperaba era hacerlo desde el mundo de la política, algo que fue una casualidad.

¿Por qué asegura que fue una casualidad?
—Me reencontré en un momento determinado con el presidente Marí puesto que coincidimos en una época en la que yo era directora de una oficina bancaria de Santa Eulària y él era alcalde. En un momento dado nos reencontramos y, cuando me quise dar cuenta, iba en listas y me convertí en consellera.

¿Le quedan ganas de repetir?
—Sí tengo ganas de seguir trabajando en el mundo social, pero hay que tener muy claro que estás dentro de una organización, estás a disposición del partido y, si éste quiere seguir contando conmigo, continuaré ayudando, como no puede ser de otra manera. De todas formas, no es el momento ahora de adoptar estas decisiones y de aquí a seis meses tenemos mucho trabajo por hacer. Habrá gente que podrá concentrarse en muchos asuntos, pero yo soy de las que piensa que hay que centrarse en uno y no estar pensando en otro. Ahora estamos centrados en el trabajo social del Consell, que es la más importante.

Ha sido un periodo marcado por grandes dificultades, primero por la pandemia y ahora por la crisis actual.
—Sin duda, lo que provocó la pandemia fue muy grande y creo que nos estamos olvidando demasiado rápido y no hemos aprendido todo lo que deberíamos haber aprendido. Nadie lo esperaba y para todos fue una lección de vida y no deberíamos banalizarlo. Mi gran hándicap lo he encontrado en la administración porque no tenía experiencia en el sector público y, cuando vienes del ámbito privado, es un shock cultural importante. Además, he tenido que realizar un aprendizaje acelerado de lo que es el mundo social, que tiene mucha regulación, algo que es muy necesario. Tiene muchas normas que hay que conocer y aprender y para mí ha sido un máster como lección de vida. Tenemos tendencia a creernos estigmas, comentarios banales que se hacen desde el desconocimiento y, cuando te acercas a la realidad, es cuando empiezas a ver que no sabes nada y que lo debes aprender todo. Es una gran lección de vida y nunca estaré lo suficientemente agradecida por haber aprendido todo lo que estoy aprendiendo.

Finalmente, el Consell d’Eivissa ha logrado abrir el Centro provisional de Sa Joveria.
—Se hace una entrada escalonada precisamente para poder ir realizando las derivaciones contando con la información adecuada. Cada día van entrando nuevos usuarios. El servicio está arrancando y funcionando como corresponde, aunque estamos en una fase de implantación y es poco tiempo para que podamos hacer balance, aunque ha comenzado el mal tiempo y tenemos una infraestructura.

Recientemente, expresaba su preocupación por las conclusiones de un estudio sobre prostitución encargado desde el Consell.
—Sobre el perfil de los consumidores, debe haber mucha gente joven con una visión distorsionada de lo que son las relaciones normales entre una pareja. La actividad de la prostitución online está haciendo tal daño que, considero, todavía no somos conscientes de ello y está llegando a gente muy joven, que es lo más preocupante. Todo lo que está relacionado con la prostitución y la trata es muy preocupante y no hay que perder de vista nuestros objetivos en estos temas bajo ningún concepto. Antiguamente, la prostitución era más visible. Se veía en carreteras o en locales e incluso en la calle y ahora existe una deslocalización de esta práctica que está mucho más oculta y con un consumidor menos visible. Además, debemos reflexionar sobre por qué hombres jóvenes llegan tan pronto a estos circuitos y no puedo dejar de repetir el miedo que me produce que una mujer joven, con toda la inocencia y tranquilidad del mundo, comparta en redes una foto en bikini, por ejemplo, y le empiecen a ofrecer dinero por posar de determinada manera. Van entrando y, cuando quieren darse cuenta, son víctimas de chantajes. Precisamente, hemos comenzado a hablar con la Oficina de la Dona o el Centro de Estudios y Prevención de Conductas Adictivas para diseñar medidas de concienciación en este sentido. Siempre lo digo, la gente joven es la que más me preocupa porque se banalizan y normalizan ciertas cosas que no son normales y me da la sensación de que damos pasos atrás.

Durante la presente legislatura, han reforzado recursos como los pisos de acogida para mujeres maltratadas.
—Debemos trabajar y poner los recursos necesarios. Me alegraré el día en que no sean necesarios ni centros de menores ni pisos para mujeres maltratadas. Es trabajo y algo que he hecho desde el primer momento es escuchar a quienes saben. Antes hablaba de las dificultades con las que me encontré, pero es de justicia señalar toda la ayuda que he tenido y ha sido tan tácil como sentarme a escuchar a quienes saben, que digan qué necesitan y tú poner las herramientas.

¿Este año habrá avances en el traspaso de las residencias de mayores?
—El tema es que no nos ponemos de acuerdo Govern y Consell en la manera de cómo debe dotarse ese traspaso. Se está trabajando y antes o después habrá que llegar a un acuerdo porque lo que reivindicamos es lo justo para Ibiza. Ya tenemos una residencia, con una parte de servicio hospitalario, y lo que queremos es gestionar unas residencias con garantías para la sociedad ibicenca, para los usuarios, que es lo que se merecen y para ello estamos aquí, para defender a los ibicencos y reivindicar todo lo que es de los ibicencos. Se está avanzando, aunque todavía hay discrepancias en las posturas. La voluntad de todos es llegar a un acuerdo, aunque desconozco cuándo se materializará.

La partida para Bienestar Social ha aumentado de manera considerable para este año.
—Estoy muy satisfecha con esta subida de la partida presupuestaria. Esto pone de manifiesto que el equipo de gobierno tiene las ideas muy claras, aunque quiero señalar que no es solo cosa de un conseller, es de un equipo que cree que la política social debe estar bien estructurada, bien dotada y potenciada, sobre todo en momentos tan difíciles. Así, estoy muy satisfecha por el apoyo a Bienestar Social y quiero remarcar que todo ha salido adelante porque todo el equipo de gobierno vamos a una y es un proyecto que hacemos entre todos. Quiero poner de manifiesto que no es más que el reflejo de la realidad. Cuando llegamos, la ejecución en Bienestar Social estaba sobre los 16 millones y, a día de hoy, estamos en una ejecución efectiva de casi 36 millones. Además, entre otras cosas, tenemos previstos trabajos en Cas Serres o continuar reforzando la ayuda de proximidad a los ayuntamientos porque somos un Consell municipalista. También estamos trabajando con el Govern en el centro de crisis para mujeres víctimas de agresiones sexuales. El Consell destinará a ello una partida importante para su puesta en marcha. Además, impulsaremos nuevos servicios para menores que son muy necesarios. Hay mucho trabajo por hacer y toda la ilusión.

¿Cómo avanza el proyecto relativo al centro de Es Gorg?
—Hace semanas nos reunimos con el Ayuntamiento y ahora se trabaja en cómo articularlo, algo que decidirán los técnicos. Tenemos comprometida una partida de 1,5 millones con cargo a los remanentes. Ibiza está muy necesitada de infraestructuras insulares y deben llevarse todas a cabo.