El primer tramo de la calle La Punta no está asfaltado y, cada vez, presenta más baches.

El primer tramo de la calle La Punta, que une la avenida Sant Jordi con Platja d’en Bossa y que ni siquiera está asfaltado, presenta cada vez más baches. Dificulta la circulación de vehículos, pone en peligro a motocicletas y bicicletas y también imposibilita, a personas con movilidad reducida, el acceso al carril bici. La calle La Punta une el barrio de Cas Serres con Platja d’en Bossa. Partiendo de la avenida Sant Jordi llega hasta pocos metros de la orilla para continuar de manera paralela al mar, desde el Albatros hasta la calle Fray Luis de León. Un tramo fundamental para que vecinos de ambos barrios puedan llegar de un lugar a otro.

Sin embargo, el estado de los 100 primeros metros de esta calle se están convirtiendo en un tramo poco adecuado para el tránsito. Sin siquiera estar asfaltado, el tramo que parte de la avenida Sant Jordi presenta un inevitable número de baches que, cuando llueve, se mezclan con el barro y esto complica medir su profundidad. Una verdadera trampa para las amortiguaciones de los vehículos.

Preocupación vecinal

Paula es usuaria de esta calle y transita por esta vía habitualmente. Se muestra preocupada, más allá del estado de su coche, por su hijo Pau, que va en bicicleta al instituto.
«Es el único camino para llegar al carril bici. A ver si, con tanta obra que están haciendo en Vila, no se olvidan de este tramo», apuntó. Paula también se refiere a su hija Lara, que necesita silla de ruedas. «Es imposible pasar por este tramo para llegar hasta el carril bici, por donde puede ir con tranquilidad», indicó.

Antonia también es usuaria de esta calle. «Hay que ir esquivando los baches y, cuando llueve, no sabes lo profundos que son. El coche va rozando por todos lados».
Cristina es vecina de la zona y frecuenta esta calle «normalmente caminando», aunque, tal como señala Paula, opina que «el paso de camiones castiga mucho el camino, que no está ni asfaltado. ¡He llegado a ver hasta un autobús».

La falta de iluminación también es una observación que comparten varias de las vecinas y usuarias de este tramo de calle «abandonado». Se da la circunstancia que, a pocos metros, se amontonan desde hace tiempo decenas de farolas entre maleza y basura, a la intemperie, en un espacio que está «a punto de convertirse en un vertedero». Por su parte, el Ayuntamiento de Eivissa explica que este segmento de la calle pertenece a un solar privado. Según el Consistorio, el tramo que lo atraviesa «es un camino abierto al paso de gente, pero es privado». De esta manera, desde Vila recuerdan que el tramo municipal comienza en el punto donde empieza el asfaltado de la calle.

Sin embargo, «pese a ser propiedad privada, el Ayuntamiento va haciendo arreglos».
Respecto a la presencia de decenas de farolas, casi en estado de abandono, el Ayuntamiento de Eivissa anunció que un celador hará las «comprobaciones necesarias».