Un momento del Pleno Extraordinario celebrado, ayer, en Sant Antoni.

Que el ambiente preelectoral está bastante caldeado en Sant Antoni es un secreto a voces. Un secreto que se intensifica dentro de la sala de plenos del Ayuntamiento cada vez que hay una sesión plenaria entre estas cuatro paredes. Con las cámaras de los medios de comunicación ya sustentadas por un trípode, los concejales de los distintos grupos políticos empezaron a ocupar sus asientos en este Pleno Extraordinario celebrado ayer, a petición del grupo municipal PSOE-Reinicia. Una moción de control presentada por esta formación para medir el grado de transparencia en la contratación pública del Consistorio.

Mientras el portavoz de la oposición en el Ayuntamiento de Sant Antoni, Simón Planells, se paseaba de un lado para otro de la sala hablando con los asistentes al pleno, los dos concejales que antes formaban parte del equipo de gobierno se sentaban en ambas esquinas de la gran mesa en forma de herradura que preside la sala. Tanto el concejal de Ciudadanos José Ramón Martín 'Chechu' como el edil del Pi Joan Torres miraban la pantalla de su ordenador con el ceño algo fruncido, como si imaginaran de antemano el desenlace de esta sesión extraordinaria.

Con el paso de los minutos, que comenzó a exigir la presencia popular en la mesa, el equipo de gobierno en minoría irrumpió en la sala de reuniones ante la atenta mirada de varios rostros disidentes, pero testimoniales durante el Pleno Extraordinario. La sesión no comenzó tranquila, el candidato socialista a la alcaldía de Sant Antoni, Antonio Lorenzo, se vio obligado a cambiar de micrófono durante su primera intervención a causa de problemas técnicos. Hasta en tres ocasiones tuvo que hacerlo.

Con la vista en las urnas

Con la vista ya en las urnas, ayer se volvió a vivir un cruce de acusaciones entre los diferentes partidos. Esta vez como consecuencia del informe desfavorable de Intervención sobre el pago de facturas con reparo, estando en el ojo del huracán los pagos presentados por la empresa perteneciente al sector audiovisual, Sonitec. Según la oposición, el concejal de Fiestas, Miguel Tur, no pidió presupuestos alternativos en el caso de contratos menores con dicha empresa ni tampoco licitó los contratos mayores, incurriendo en un sistema de contratación ilegal. Es por eso que ayer acusaron a Tur de malgastar o extraviar dinero público con el beneplácito del alcalde, el encargado de firmar los decretos para el pago de estas facturas.

Concretamente, el artículo 131 del Reglamento General de la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas establece que los contratos menores podrán adjudicarse directamente a cualquier empresario con capacidad de obrar y que cuente con la habilitación profesional necesaria para realizar la prestación. Unos pagos menores que antes eran de 3.000 euros y que actualmente tienen un valor estimado inferior a 5.000 euros. No obstante, en el ámbito local la consideración del contrato menor es un riesgo que corren los ayuntamientos porque no exige promoción de la concurrencia.

Lorenzo, que abrió el turno de intervenciones, centró la suya en la falta de transparencia de las facturas y demás documentos justificativos de prestaciones, acusando al equipo de gobierno de gastarse un millón de euros sin licitación. Una acusación que Serra contrarrestó con una intervención que recordaba a la mejor escena de ‘Una noche en la ópera’, pero en lugar de leer partes de un contrato ininteligible, el alcalde hizo alusión a los diferentes expedientes tramitados por el grupo PSOE durante la anterior legislatura. En todas partes cuecen habas y el alcalde subrayó que el partido socialista sumó más de seis millones en facturas con reparos, empleando la misma técnica para la contratación pública. Justificó de esta manera las facturas por la prestación de la empresa Sonitec.

Sin duda, un solo punto en el orden del día que concentró varios momentos de tensión entre los concejales debido, entre otros motivos, a la confusión durante el turno de intervenciones por parte de Torres y Serra, que evidenció cómo en un ambiente caldeado, cualquier acción podría añadir más leña al fuego.