La presidenta de la Asociación de Comerciantes de Isidor Macabich, Marta Tur. | ARGUI ESCANDON

La presidenta de la Asociación de Comerciantes de Isidor Macabich, Marta Tur (Ibiza, 1983), se ha convertido en una de las caras visibles de las protestas contra el proyecto de remodelación de esta estratégica avenida de la ciudad de Ibiza. Tur admite que, en su caso, las consecuencias económicas de las obras no han sido graves pero sí relata cómo algunos comerciantes están pasando situaciones «terribles» al no poder ni siquiera afrontar el pago de los alquileres. Por ello, exige al Gobierno de Rafa Ruiz que agilice la concesión de las ayudas anunciadas a finales del pasado mes de octubre y de las que aún no sabe nada.

Estamos a 13 de enero y la avenida de Isidor Macabich sigue pareciendo una zona de guerra. ¿Qué siente en estos momentos?
—Un poco de impotencia. Estaban cumpliendo los plazos, por lo que hablamos en octubre y noviembre. Incluso nos dijeron que estaban dos semanas por delante de lo previsto. Nos comentaron que las Navidades serían normales al menos hasta el tramo de la calle Extremadura y calle Canarias. También nos dijeron que intentarían llegar con el asfaltado hasta el Parque de la Paz. Y, como puede comprobar, ni hay asfaltado ni hay tráfico rodado.

¿Cómo ha justificado esto el Ayuntamiento ante los comerciantes?
—Ha habido muchos retrasos por lo de si es hundimiento o no del pavimento. No es que se haya hundido en sí, pero en las pruebas y catas que hacen de resistencia están viendo que no funciona. No salen correctas. Es la cuarta vez que abren delante de mí un establecimiento desde finales de noviembre. Van haciendo catas y en este tramo, no sé por qué, salen mal. La vez anterior abrieron a más profundidad. Van poniendo rellenos y no es suficiente.

Pero el Ayuntamiento ha desmentido esto.
—Supongo que ellos lo lleva a la literalidad de que no se ha hundido y que las catas que hacen para evitar el hundimiento posterior no están funcionando. Cada uno defiende su terreno. De todos modos, el mensaje que a mí me envió el Ayuntamiento dice que las catas no estaban saliendo como toca.

¿Qué tal ha ido la campaña de Navidad?
—Bastante floja. Yo hablo en nombre de comerciantes y vecinos. En mi caso particular, no puedo hablar. Para la mayoría ha sido muy flojo. Se ha notado el tránsito peatonal porque ya tenemos las aceras nuevas. Pero la falta de iluminación, de ambiente navideño, el que no pasara la Cabalgata… todo se ha notado. La Asociación de Comerciantes hizo algunas propuestas pero la gente no ha venido hasta aquí.

¿El Ayuntamiento no aceptó las propuestas?
—Se aceptaron, pero se trasladaron a otras zonas de la avenida en las que había menos peligro, como las peatonales de Vicente Serra y los pasajes Balafi y Castavi. Tengo entendido que se hicieron actividades para niños.

El alcalde Rafa Ruiz ha explicado en alguna ocasión que los comerciantes preferían perder la temporada de verano y salvar la de Navidad. ¿Esto es así?
—Creo que se explica mal y que cada uno tira para su terreno. En las reuniones previas a la obra, cuando estaban al frente Elena López (entonces concejal de Obras) y Desirée Ruiz Mostazo (ex responsable de Comercio), se nos dijo que en la remodelación del paseo de Figueretes, los comerciantes dijeron que las obras tenían que comenzar después de octubre porque en esas fechas ya no tenían negocio. En nuestro caso, lo que les dijimos fue que somos negocios que trabajan todo el año y que son importantes las dos temporadas. Puestos a salvar, tan importante es el verano como la Navidad. No es que nosotros subestimásemos la campaña de verano, porque es la más importante del año, pero sí pedimos que, en lugar de empezar en octubre como en Figueretes, se empezase justo después de Reyes. Se nos dijo que los tres primeros meses eran los peores de la obra y nosotros entendíamos que esto se estiraría como mucho hasta abril, de tal manera que para el verano ya estaríamos en una situación muy diferente y podríamos hacer una campaña de verano bastante decente.

Otro argumento que emplea el Ayuntamiento es el de que todo merecerá la pena cuando se vea el resultado de la obra.
—Una de las cosas que les dijimos en la última reunión que hicimos con Desirée Ruiz Mostazo fue que el beneficio a largo plazo del que ellos hablan no lo veremos muchos de nosotros porque vamos a tener que cerrar nuestros comercios. Está muy bien que hablen de lo bonita que va a quedar esta avenida, pero tenemos que resistir todos estos meses así.

El alcalde anunció a finales de octubre una partida de 500.000 euros en ayudas para los comerciantes de la avenida. ¿Qué se sabe de estas ayudas?
—Cuando hablamos a finales de octubre de este dinero se dijo que sería específico para la gente de Isidor Macabich. Pero hay muchas quejas de los comerciantes de las calles colindantes, que también han sufrido mucho por las obras. Entonces, ellos también las solicitaban porque las necesitaban. Entiendo que cuando el alcalde anunció otros 500.000 euros más para ayudas fue a raíz de esto. Pero desde entonces estamos pidiendo las bases de las ayudas y no están. Tanto el Ayuntamiento como la Pimeef, que es la entidad que se encargará del reparto, nos dijeron que serían ayudas directas y sin justificación previa. También que se iban a repartir equitativamente entre los comerciantes afectados. Pero a día de hoy no sabemos nada. La última respuesta, dada esta semana, es que están trabajando en las bases y que en breve nos dirán algo.

Tras las quejas de su asociación y de los vecinos, Ruiz decidió quitar a Ruiz Mostazo de esta gestión y puso en su lugar al concejal Jordi Salewski y pasó el área de Comercio a Rosa Rubio. ¿Se han notado los cambios?
—Sí, muchísimo. Sobre todo a nivel de obra. Jordi Salewski se encargó de pasar por los comercios afectados. Ha venido varias veces a visitar las obras y cada semana me envía un mensaje explicándome la situación. Cuando se le ha avisado de que algún comercio se ha visto afectado por cucarachas o ratas se ha encargado de solucionarlo. Hay más fluidez en la comunicación relativa a la obra. Pero sí que es verdad que, en la zona donde se está trabajando ahora, los comerciantes se encuentran en la misma situación en la que estábamos nosotros hace unos meses. Ahí la comunicación no está siendo tan fluida como debería. A ellos les ha afectado de forma muy grave esto en la campaña de Navidad.

¿Le consta que se haya cerrado algún comercio o que esté a punto por culpa exclusivamente de las obras?
—Que hayan cerrado no me consta. Pero sí sé de algunos que están en una situación de deudas muy grandes, tanto con sus proveedores como en alquileres. Los que más están sufriendo son los que están pagando alquiler. Hay tiendas que estaban funcionando muy bien, que eran solventes, y que ahora están teniendo problemas para pagar el alquiler, a sus empleados y el stock. Le hablo de tres o cuatro comercios que están en una situación bastante grave.

Comerciantes y residentes anunciaron en octubre que estaban dispuestos a llevar al Ayuntamiento a los tribunales. ¿Lo harán?
—Como se anunciaron las ayudas, que yo entiendo que están aprobadas en presupuesto, decidimos esperar a ver si se conceden. Yo espero que para la semana que viene las ayudas puedan ser concedidas realmente. Pero, si esto no pasa, nos volveremos a reunir con el Ayuntamiento y decidiremos tomar otro tipo de medidas. Hay gente que está en una situación muy delicada, como la Zapatería Juanita, que no puede ni siquiera tener mercancía porque no puede pagar lo que debe. Tiene que comprar nuevo stock y, como tiene deudas pendientes, tiene que cerrar esos créditos para poder seguir comprando.

Por lo que está ya hecho de la remodelación, ¿ha merecido la pena el sacrificio?
—De momento sí. En las reuniones previas se nos dijo que lo de quitar una parte del aparcamiento era siguiendo las directrices europeas de hacer más peatonal toda la ciudad. Han aumentando las aceras en ambos lados. Con esto estamos muy contentos porque la gente podrá transitar de forma más fácil. Los adoquines, además, estaban muy mal y ahora ya no resbala. Hemos ganado bastante por ahí. Queda ver cómo funcionará el tema de las inundaciones, que era uno de los problemas más graves que teníamos aquí. Y el de la iluminación, que era una queja constante. Y también ver cómo funciona lo de los aparcamientos. Pero, en el tema peatones, la avenida ha ganado bastante.

¿Y estéticamente?
—Sigue también las directrices europeas y españolas de volverlo todo gris. La acera es gris, las papeleras son grises… Veremos porque son ciudades con falta de verde. Habrá que ver cómo quedan los árboles nuevos y el carril-bici. Las papeleras se han puesto bastante escondidas para que no sea vea que es basura. Las aceras son uniformes. Pero esto es ya cuestión de gustos.

¿Qué harán cuando finalicen las obras?
—Nosotros hemos decidido que, haya o no inauguración oficial, haremos una fiesta privada para celebrar que por fin hemos dejado de sufrir. Esto no ha sido solo a nivel económico. A nivel psicológico ha sido duro. Si cuando en casa te hacen obras es molesto, cuando es tu comercio, te afecta económicamente y estás trabajando ocho horas con ruido, es terrible.