Conor McGregor pasó varias semanas en Baleares el pasado verano a bordo de su yate. Tras recalar en Ibiza, viajó a Mallorca y fue visto en Port Adriano. | Julián Aguirre - J. AGUIRRE

La mujer que ha denunciado haber sido golpeada por el luchador Conor McGregor en Ibiza relató a la policía irlandesa que tuvo que huir del yate porque temió por su vida. De acuerdo con su denuncia, la estrella de las artes marciales mixtas se puso violento por sorpresa. Tras comenzar a increpar a la víctima, el detonante del ataque fue, según esta, que intentó que un amigo común que estaba en la embarcación la ayudase: «Todo su comportamiento cambió en ese momento y se volvió muy agresivo». Primero le dio una patada bajo el ombligo y después un puñetazo en la barbilla. Se abalanzó hacia ella y la amenazó con ahogarla: «Era como si estuviera poseído. Sabía que tenía que salir del barco porque pensaba que me iba a matar».

La víctima había acudido a la fiesta de cumpleaños que McGregor celebraba en el Ocean Beach Club el 16 de julio del año pasado. Accedió a la zona VIP por invitación del luchador, al que conocía desde hacía años porque eran del mismo barrio en Dublín. De hecho, fue él quien la invitó a ir a su yate esa misma madrugada en una velada en la que también estaban la mujer de la estrella del MMA y otros amigos. El incidente ocurrió a la mañana siguiente. La mujer se lanzó al agua para escapar y consiguió ser rescatada por una embarcación de la Cruz Roja ya en Formentera. «Tenemos amigos en común y me he encontrado con él en numerosas ocasiones. No puedo creer lo que me ha hecho. Es un criminal. Creo que me habría matado si no me hubiera bajado del yate», declaró ante la policía irlandesa.

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Esa declaración, realizada en Dublín pocos días después de su regreso, a finales de julio de 2022, ha llevado a que un juzgado de Instrucción de Ibiza reabra la investigación penal. El caso se había archivado de manera provisional después de que la mujer no declarara el mismo día ante la Guardia Civil. Explica que no lo hizo porque estaba en shock: estaba en Formentera, sin nada más que el bikini que llevaba, sin ropa, dinero o teléfono y quería regresar a su hotel en Ibiza lo antes posible. Añade: «Me dejaron tirada. Ni siquiera abandonarían a un perro como lo hicieron conmigo». Considera que dos amigos comunes que supuestamente presenciaron la agresión y que iban con ella en la embarcación tenían miedo y que por eso no la socorrieron. En esa comparecencia aporta el número de teléfono de varios testigos de los hechos.

Ahora, la juez de Ibiza tomará declaración a la víctima y a otros posibles testigos de lo ocurrido. A partir de ahí, decidirá si cita a McGregor por un delito de lesiones.