Imagen del cartel de la residencia privada. | Daniel Espinosa

El próximo 10 de febrero los familiares de los usuarios de la residencia de mayores Colisée volverán a reunirse con la propiedad del centro para ver en qué medida se ha avanzado en la resolución de las quejas planteadas por el trato que reciben los pacientes. Así lo han adelantado los familiares de uno de los usuarios del centro, que han calificado de «alarmante» la situación que están viviendo sus mayores en esta residencia. «Mi madre lleva varios años en el centro», afirmó ayer uno de los familiares, «y desde que pasó a manos de este fondo de inversión la cosa se ha ido deteriorando día a día», hasta el punto de que «ha habido ingresos hospitalarios que se podrían haber evitado».

En este sentido, explicó que su madre «ha estado 20 días ingresada por una mala praxis por parte del médico y las enfermeras que hay en el centro», que no hacen un correcto seguimiento médico a los usuarios.

Asimismo, manifestó que «algunos de los familiares de los mayores vamos a darles de comer y cenar a diario» porque, entre otras cosas, «a mi madre le tenían a ‘Turmix’ porque es lo más rápido y más cómodo para ellos». La falta de atención a los usuarios, la falta de profesionalidad de los trabajadores y el reducido número de estos trabajadores son algunos de los factores que han destacado los familiares en su denuncia, que en siete folios y 20 puntos resume las irregularidades que se dan en el centro de mayores Colisée.

Además de lo expuesto, señalan que nada más ingresar en el centro «los residentes son desarraigados de sus equipos de atención primaria habituales», que son quienes conocen de primera mano las dolencias de los pacientes y su evolución. También denuncian los «frecuentes errores en las pautas de medicación»; la falta de cambios posturales; el desconocimiento por parte de los trabajadores de los métodos de movilización; la ausencia de un protocolo de hidratación; el abuso de la sujección de los pacientes; la frecuencia insuficiente de los cambios de pañales; la falta de higiene; el trato irrespetuoso a los usuarios y un largo etcétera de irregularidades que las familias pusieron en conocimiento de la Conselleria balear de Bienestar Social.

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En cuanto a las mejoras alcanzadas después de la última reunión con la representación de la propiedad, «lo único que han hecho, que no se trata de una mejora, es cambiar mesas y sillas de sitio en los comedores. Por lo demás todo sigue igual: sigue la misma dirección y los mismos trabajadores», subrayaron los familiares, «y tampoco se nos hya presentado un plan de actuación», algo que esperan que sí que ocurra en la reunión del día 10.

Carmen Tur, amiga de numerosas familias usuarias de este centro privado, precisó ayer que desde que se hizo el concierto de estas plazas residenciales en el año 2021 «la cosa ha ido de mal en peor».

Tur recordó a su vez que, durante la última reunión entre ambas partes en la que el representante de la empresa aseguró que se mejorarían los servicios, «lo único que se ha hecho es reunificar los tres comedores que había dispersos por la instalacion». Asimismo, indicó que a día de hoy el Consell insular todavía no ha informado sobre las conclusiones de la inspección extaordinaria realizada a las instalaciones el pasado 13 de enero, dos días después de recibir un escrito firmado por un grupo de familias usuarias del centro, en el que denunciaban el trato que recibían los mayores por parte de los trabajadores del centro.

Desde la Conselleria balear de Bienestar Social reconocieron a Periódico de Ibiza y Formentera que la única administración que tiene «potestad» para hacer algo con respecto a esta residenca es el Consell d’Eivissa. «Es quien tiene que comprobar las denuncias y el que tiene que sancionar en caso de que sea necesario», explicaron desde la Conselleria autonómica. Lo único que hicieron desde este departamento fue «derivar directamente al Consell d’Eivissa una serie de quejas que recibieron sobre el funcionamiento de esta residencia privada. «Aquí no tenemos margen de actuación más allá del contrato administrativo» firmado con la propiedad del centro. «Si se comprobara todo lo que se ha denunciado» su único margen de maniobra podría ser «parar la entrada de usuarios y recolocarlos en otras residencias», según apuntaron.

Escaso interés del Govern

Carmen Tur se mostró ayer muy crítica con el escaso interés que se han tomado desde el Govern balear por esta situación y ha asegurado que la consellera de Bienestar Social, Fina Santiago, «tendría que estar al corriente de lo que pasa ahí dado que tiene un concierto con la empresa». También cargó contra la presidenta autonómica, Francina Armengol, que últimamente está visitando de continuo la isla de Ibiza «y no se ha dado cuenta de esta problemática ni ha ido a visitar a los afectados en la residencia». «Si sabía lo que estaba pasando y no ha hecho nada, malo, y si no lo sabía peor, por no enterarse de nada», concluyó Carmen Tur.