Brazo robótico. | Imagen de Michal Jarmoluk en Pixabay

Si bien es cierto que el motor principal de Ibiza es el turismo, la industria también tiene una notable presencia en la isla balear. En concreto, se calcula que el valor agregado bruto -habitualmente conocido por su acrónimo VAB- de dicho sector ronda los noventa millones anuales.

Lo cierto es que dicha cifra ha ido aumentando poco a poco. Esto es fruto en gran medida de los avances que se han producido en las fábricas. ¿Sabías que algunas de ellas han destinado grandes sumas de dinero a modernizarse? En efecto, siendo un claro ejemplo la implementación de un aparato tecnológico del que hoy hablaremos.

Se trata del brazo robot. Aunque cada vez cuenta con más presencia en las fábricas tanto de Ibiza como del resto del país, quizá algunas de las características que mencionaremos a continuación sean totalmente desconocidas por ti. Antes de profundizar en ellas toca averiguar qué es este elemento.

¿Qué es? Todo lo que has de saber sobre el brazo robot

Aunque estamos hablando de la evolución que se ha producido recientemente a nivel tecnológico, lo cierto es que el sector de la industria lleva muchos más años beneficiándose de ello. En efecto, el brazo robot no es un invento actual, pero es innegable que se ha perfeccionado sobre todo a lo largo de los últimos lustros.

El brazo robot es una especie de robot colaborativo que, como acabamos de decir, lleva sirviendo a los negocios de la industria desde hace numerosas décadas. Aun así, no se ha hecho popular hasta los años más recientes.

¿Por qué antes el brazo robot no triunfaba tanto como ahora? Básicamente esto era debido a dos motivos de suma importancia. El primero de ellos se resumía en el precio. Esta situación, por suerte, ha cambiado de manera drástica. A medida en que avanza la tecnología procede a abaratarse, lo cual aprovechan algunas empresas con tal de implementar brazos robóticos.

Por otra parte, obviando el factor económico hay otro que también adquiere una especial relevancia. Nos referimos a la programación.

Tal como veremos más adelante, estos robots son extremadamente útiles sobre todo para aumentar la productividad de un negocio del ámbito industrial. Sin embargo, en otros tiempos eran numerosos los quebraderos de cabeza que suponía el hecho de programarlos.

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La tarea no era apta para cualquier persona, debiendo ser experto en la materia o tener mucha experiencia con tal de obtener un buen resultado. Afortunadamente la situación actual poco o nada tiene que ver con la de antaño.

Si programar era difícil, no se quedaba muy atrás la configuración. En definitiva, aunque se les sacaba un excelente rendimiento a los brazos robóticos, traían consigo demasiado lío por el que muchas empresas no estaban dispuestas a pasar.

El brazo robot se encarga de hacer el trabajo más repetitivo y/o peligroso

Cuando el brazo robot dejó de ser una carga a nivel de configuración y programación, poco a poco empezó a estar presente en una mayor cantidad de empresas industriales de Ibiza. A día de hoy el porcentaje de fábricas que cuentan con uno o varios brazos robóticos es bastante elevado.

Pero, ¿cuál es el motivo? Básicamente su principal función, la cual se resume en desempeñar aquellas labores que, para los seres humanos, son demasiado repetitivas. Llevarlas a cabo asiduamente acabaría suponiendo un burnout laboral que hay que impedir a toda costa para evitar que el estrés, la ansiedad y otros aspectos negativos se apoderen del empleado en cuestión, mermando su productividad.

Hablando de productividad, no hay nada que afecte más que un trabajador de baja. Sin profundizar en el factor humano que por supuesto adquiere si cabe una mayor relevancia, cuando se producía un incidente en las tareas de la fábrica esto suponía un auténtico contratiempo para la empresa. Pero, ¿qué pasa con el brazo robot?

El factor humano desaparece por completo, con todo lo positivo que ello conlleva: en las tareas repetitivas no hay error posible, por lo que si se trata de una labor que puede acabar siendo peligrosa no afecta al dispositivo electrónico, el cual se mantiene operativo pase lo que pase y sean cuantas sean las horas durante las que permanezca trabajando.

Es tal el nivel de seguridad de este tipo de robots que muchos de ellos funcionan sin necesidad de activar ningún mecanismo relacionado con la protección. Eso sí, como es menester para ello antes hay que llevar a cabo una evaluación de los riesgos.

Conviene destacar que la proliferación del brazo robot no significa ni mucho menos que el ser humano quede relegado a un segundo plano en el sector de la industria. Al contrario: la calidad de vida de los empleados mejora notablemente.

Al evitar las tareas repetitivas que tanto afectan a la inmensa mayoría de personas, pueden destinarse a otras labores, fomentando la productividad y dando pie a que el importe pagado por el brazo robot acabe amortizándose con creces.