Un calefactor traído de casa por un profesional sanitario

La Conselleria balear de Salud confirmó ayer a Periódico de Ibiza y Formentera    que ya se había procedido al concurso para la licitación de la bomba de calor del centro de salud de Sant Antoni, pero que «quedó inicialmente desierto». En cuanto a las deficiencias estructurales que presenta el edificio, especialmente en las épocas de lluvias con continuas goteras, explicaron que las cuestiones de mantenimiento se gestionan desde las gerencias de las diferentes áreas de salud, en este caso la de Ibiza y Formentera.

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De esta forma contestaron a la denuncia planteada en este periódico por fuentes del centro de salud portmanyí, que ponían en evidencia que, al menos durante el último mes y medio, las continuas goteras provocaban la creación de enormes charcos tanto en las zonas comunes como en las consultas, que los trabajadores del centro tenían que eliminar «con toallas, con sábanas o con lo que se pueda». Unas goteras que han llevado a su vez a que, en la zona de la escalera principal de acceso a las consultas, se haya producido la caída de cascotes de las molduras de yeso debido al agua que se filtraba. Esto a su vez obligó a que, en determinados días, se derivara a los usuarios a los ascensores dada la peligrosidad de la escalera «y por miedo a la caída de más cascotes», reconocían las fuentes consultadas.

El problema con los aparatos de frío y de calor se viene arrastrando desde hace mucho más tiempo, aunque en las últimas fechas los trabajadores han denunciado que la temperatura en el interior del centro de salud es muy inferior a la del exterior, lo que ha obligado a muchos a llevar sus propios calefactores de casa. Esta situación ha provocado que algunos de los trabajadores hayan enfermado.