La calle Canarias recorre más de medio kilómetro del centro de Vila. | Toni Planells

La calle Canarias recorre más de medio kilómetro del centro de Vila, desde la Avenida España hasta la rotonda de Can Misses. Su recorrido atraviesa buena parte de las arterias de la ciudad, como las calles Aragón, Catalunya, Castella González Abarca, Serra i Orvay o Sant Cristófol, sin olvidar la avenida Isidoro Macabich.

La misma calle goza de la presencia de numerosos negocios locales, así como toda una serie de infraestructuras públicas como el edificio del Cetis, el Mercat Nou, el CEIP Sa Graduada o el Parque de la Paz.

Locales descuidados
En la esquina con la avenida España, dos vecinas de la zona, Araceli, que lleva 51 años viviendo en la zona, y Dorotea, que lleva más de 30, apuntan a los locales que permanecen cerrados en la calle, que «están muy descuidados y dan una imagen bastante sucia a la calle».

Tanto las veteranas vecinas como la gran mayoría de personas encuestadas por Periódico de Ibiza y Formentera ponen el foco en el poco civismo de los dueños de perros en esta calle. «Si la gente no pone de su parte, esto se queda hecho una guarrada», explican. Otra veterana de la calle Canarias es Nieves, responsable de la pastelería Can Vadell, que lleva más de medio siglo instalada en esta calle. «La verdad es que podría estar mucho mejor. Me refiero al estado de las aceras, donde la gente no deja de tropezar, y también a la limpieza», explica la pastelera de la calle. Señala que «en verano hay insectos, ratas y de todo». Antonia, también vecina del barrio, pone el foco también en el aspecto positivo respecto a la tranquilidad y seguridad que se vive en esta calle. «La verdad es que se vive muy a gusto», indica. Dani trabaja de madrugada en la pastelería La Canela, en la calle Aragón, y frecuenta la calle Canarias cada madrugada para incorporarse al trabajo.

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El pastelero no cuestiona la sensación de seguridad a la que se refiere Antonia, no obstante, reconoce que «de madrugada hay muy poca iluminación».

«Zonas de terror»
Walter pasea habitualmente por esta calle y, entre risas, califica de «zonas de terror» a las partes más descuidadas de esta calle.

Tal como describe Paco, que es vecino de la calle hace 25 años, «hay una frontera muy marcada en la avenida, que es Isidoro Macabich. La vía no es la misma si vas para arriba que si vas para abajo». Sin embargo, reconoce que, tras 25 años, «la calle siempre ha ido a mejor. Sobre todo desde que quitaron la parada de los autobuses, que hacían mucho ruido».

Admitiendo lo ya mencionado por el vecindario respecto a la limpieza y a la falta de civismo de los dueños de los perros, Pepita, que trabaja en la zona, apunta de manera positiva «las reformas que se han hecho en las intersecciones».