Imagen de archivo de Soledad Manzano, secretaria de la asociación Aspadif. | Archivo

Las familias de afectados por patología dual, enfermos mentales con problemas de adicciones, llevan clamando contra el desmantelamiento de la Unidad de Patología Dual de Can Misses varios meses. No obstante, la situación ha empeorado todavía más debido a la enorme falta de atención presencial que sufren los pacientes. Una carencia que, según Soledad Manzano, secretaria de la Asociación de Patología Dual de Ibiza y Formentera (Aspadif), está motivada por el déficit de recursos y de especialistas capacitados en el abordaje integral de la patología dual que hay en la isla.

«Esta asistencia tiene que ser siempre accesible y flexible. Dos máximas para atender a estos enfermos», subrayó Soledad que, además, es madre de una persona que sufre patología dual desde hace más de 20 años. En este sentido, denunció que este servicio es precario debido al «desmantelamiento» de la Unidad de Patología Dual de Can Misses, puesto que actualmente sólo cuenta con un psiquiatra no especializado a media jornada, que trabaja en el hospital de 13:00 horas a 15:00 horas, con una psicóloga que se desplaza a Can Misses tres días a la semana y con un enfermero y un terapeuta ocupacional que están a jornada completa.

Es por eso que, desde Aspadif, llevan tiempo reclamando la constitución de una unidad de ingreso de media y larga estancia con 15 plazas en la que se preste un tratamiento integral con el objetivo de que cuando el enfermo salga de agudos tenga una unidad estable para que se pueda recuperar. Sin embargo, el Plan de Salud Mental del Govern balear determina que las Pitiusas sólo podrán contar con cuatro plazas para tratar a estos pacientes.

Asistencia constante

«Nosotros necesitamos asistencia constantemente porque no nos llegamos a curar, solo podemos estabilizarnos. No podemos tener un acceso limitado a la atención médica», explicó esta mujer en plural asumiendo que la enfermedad y la lucha de su hijo es también la suya. Y así ha sido desde que hace 23 años le diagnosticaran al pequeño, por aquel entonces, patología dual. En este sentido, recordó algo muy importante para que la sociedad deje de estigmatizar continuamente esta dolencia: «El 80% de las personas que padece una adicción tiene un trastorno mental, y en muchos casos no ha sido diagnosticado».

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Esta circunstancia hace que esta patología se deba tratar a la vez para evitar que el paciente reciba tratamientos independientes y hasta contradictorios.»Los cerebros no funcionan como uno quiere. Las personas pueden elegir consumir sustancias, pero nadie elige tener una adicción», explicó. Asimismo, desde Aspadif señalaron que la adicción es una enfermedad del cuerpo y del cerebro y, como tal, tendría que tratarse siempre en un Hospital.

Soledad explicó que la accesibilidad de los pacientes a la Unidad de Patología Dual de Can Misses se vio gravemente afectada desde que el coordinador y psiquiatra del Servicio, Álvaro Palma, dejó su puesto. «Desde entonces no ha venido ningún psiquiatra y el que se desplaza desde Es Viver no está especializado en patología dual», subrayó con indignación mientras señalaba que a los pacientes se les asignó un médico de la Unidad de Salud Mental de Es Viver que pasa consulta cada ocho meses. «Tras una recaída, solicité asistencia en agosto y fuimos atendidos en diciembre», puntualizó.

Cabe recordar que, bajo la tutela del doctor Álvaro Palma, la unidad atendió a unas 80 personas durante su primer año de vida. «Antes el servicio estaba abierto todo el día. Desde las 12:00 horas hasta las 20:00 horas y siempre te atendían. Ahora nunca hay nadie», subrayó esta mujer.

Tratamiento integral

Como explicó Soledad, hay muchos enfermos mentales que además tienen trastornos adictivos y, cuando hay un trastorno adictivo, casi siempre hay enfermedad mental. Desde Aspadif señalaron que la intervención tiene que ser diferente y específica para este tipo de pacientes. Es por eso que la unidad de ingreso de media y larga estancia con 15 plazas que reclaman desde la entidad debe incluir la desintoxicación y la deshabituación. También explicaron que se debe trabajar la adquisición de pautas adecuadas de conducta, capaces de facilitar posteriormente su proceso de integración social.

«La atención psiquiátrica y psicológica se debe prestar de forma individual y continuadamente durante todo el proceso. Es necesario trabajar también la intervención socioeducativa a través de actividades. En definitiva, debe ser un recurso residencial con un tiempo de estancia de seis meses», señala el escrito enviado desde la entidad a los partidos políticos de Ibiza. En este sentido, subrayaron que a este centro se podría acceder a través de los centros de atención a las Adicciones, que serviría de puente entre los ingresos en la Unidad de Agudos de Can Misses y la vuelta a casa. «El 99% de las familias cuando reciben al enfermo en casa han de hacerse responsables de un familiar en gran medida dependiente, con pautas de medicación muy altas y descompensadas. Que obliga a una atención permanente que en muchos casos es imposible que se pueda prestar adecuadamente», explican en este documento.