Imagen de restos de basura que quedan en la zona tras las fiestas en esta casa de Cala Llonga.

Vecinos de la zona de Cala Llonga han denunciado los problemas y las molestias que, desde hace cinco años, provocan los turistas que se alojan en una «vivienda turística sin placa» de la calle Monte Everest. Según uno de estos vecinos, la última fiesta se produjo el pasado 9 de mayo y, además de los ruidos y los coches aparcados encima de las aceras «que rompen las baldosas de la zona peatonal», tuvieron que «lidiar con la desagradable vista de los desechos que tiran a la vía pública y que se prolonga durante toda la temporada de verano». Entre otras cosas, aseguran que la acera y el bosque contiguo estaba plagado de «restos de botellas de alcohol y basura», además de «multitud de botellas de óxido nitroso que usan para drogarse».


Estos vecinos han reconocido que en los días en que la música estaba demasiado alta o se producían fiestas multitudinarias «se ha avisado a la policía local de Santa Eulària, pero la respuesta policial siempre llega entre una hora y media y tres horas desde el aviso telefónico», que como mucho se ha limitado a «hacer acto de presencia, parar a ver si hay música y, como mucho avisar de que bajen la música».


Pero la mayoría de veces, los inquilinos turistas ven a la policía de lejos y la bajan en el momento que llegan», ha relatado este vecino, «o se esconden en el interior o la parte trasera de la vivienda y, en cuanto se marcha los agentes, vuelven a poner la música». Han criticado que en ninguna ocasión se ha hecho ninguna sonometría y ha asegurado que «para los vecinos es desesperante y frustrante tener que llamar cada dos por tres, según qué turistas haya alojados, y encontrarnos con respuestas tardías o sin solucionar por parte de la autoridad competente».


Los vecinos de esta calle de Cala Llonga tienen muy claro que el problema es el perfil de turista que suele alojarse en dicha vivienda, «es decir, turismo de fiesta, borrachera, drogas, incluso prostitución y mujeres de acompañamiento para hacer bulto en las fiestas».


Ante esta situación que se está convirtiendo en insostenible, los vecinos afectados se han puesto en más de una ocasión en contacto con el propietario de la casa y el agente que se encarga de alquilarla. «El dueño es plenamente consciente que de vez en cuando se desmadra la situación en su vivienda, pero se lava las manos diciendo textualmente que el problema es de la agencia que lleva el alquiler y no suyo». El agente, por su parte, «también ha respondido varias veces a los vecinos diciendo que él no puede controlar a los turistas a los que alquila».


En cuanto a la vivienda turística, los vecinos han detectado que no dispone de placa con numeración según registro del Consell.

La respuesta
Desde el Ayuntamiento de Santa Eulària, por su parte, han asegurado que no tienen ningún tipo de constancia de que haya habido quejas anteriormente relacionadas con esta calle a excepción de una llamada el pasado día 9 por restos de suciedad en otro número de la misma vía. «Cuando la patrulla fue al lugar indicado no observa nada y pregunta a los vecinos, que apuntan a una parcela emboscada donde podría ser que hubiese suciedad», han comentado fuentes consistoriales. Los agentes asistieron al luar indicado, documentaron los restos que había «y se hará la gestión por tema de residuos».
Han insistido a su vez en que en esa llamada «no se habla nada de ruidos, molestias, vivienda turística ilegal o coches mal aparcados», algo de lo que tampoco tienen constancia en el departamento de infracciones.


Aunque reconocen que no es la forma adecuada de actuar y que el denunciante no cogió el teléfono a la policía cuando trató de contactar con él «tendremos en cuenta estas supuestas quejas pero, como ya hemos dicho, ninguno de los departamentos con los que hemos contactado tenía constancia de que se hubieran producido esas molestias», han concluido desde el Ayuntamiento de Santa Eulària.