Iván Fidalgo, minutos antes de la charla con ‘Periódico de Ibiza y Formentera’.

Tras 18 años en la isla de Ibiza y desde la Asociación Española de Guardias Civiles, el coordinador autonómico de este colectivo, Iván Fidalgo (Asturias, 1980), ve con pesimismo cómo están las plantillas y, sobre todo, la falta de acciones efectivas para atraer y fidelizar a los efectivos desplazados.

—¿Cuál es la función de la Asociación Española de Guardias Civiles?
—Se trata de una asociación profesional, independiente y con carácter nacional, que se creó hace 15 años para mejorar los derechos económicos, sociales y profesionales de todos los guardias civiles. Proporcionamos asesoramiento y asistencia jurídica, así como otros servicios a nuestros asociados y también tenemos presencia en el Consejo de la Guardia Civil en el que somos informados de las medidas que se pretenden aprobar y donde se tramitan propuestas y otros asuntos. Haciendo honor a nuestro nombre de Benemérita, nos gusta también organizar en ocasiones actuaciones benéficas como cursos de defensa personal para mujeres y niños que celebramos en Ibiza todos los años y que sirven para recoger alimentos que después destinamos a Cruz Roja.

La falta de viviendas para los efectivos desplazados es uno de sus principales problemas para su colectivo.
—La elevada carestía de la vida y la dificultad para encontrar viviendas, porque las que hay están a precios prohibitivos, ponen en verdaderos aprietos a quienes vienen a trabajar a la isla y los guardias civiles no somos menos en este sentido. Muchos me dicen que nosotros disponemos de alojamiento en las casas cuartel, pero la realidad es que en Ibiza hay pocos pabellones y la mayoría de efectivos no pueden acceder a ellos. Hace años se anunció la construcción de un cuartel en Sant Josep, pero no se ha vuelto a saber nada más y todo provoca lo que estamos viendo este año. El primer compañero que tuvo que vivir en una autocaravana en Ibiza llegó a la isla sobre el 2014 y, desde entonces, otros han tenido que recurrir también a esta opción. En estos momentos, tenemos constancia de cuatro guardias civiles que viven en autocaravana. Un momento muy complicado fue el pasado mes de julio, cuando llegaron a Ibiza 85 agentes en prácticas con un primer sueldo de unos 700 euros. Hablamos con cada uno de ellos y contaban muy angustiados que iban a tener que dormir en sus coches. Uno tuvo que dormir en una tienda de campaña o en una pensión, lugares no adecuados para descansar y estar en buenas condiciones para prestar un servicio que, en nuestro caso, es muy particular. En aquella ocasión lo denunciamos públicamente y hubo una muy buena respuesta por parte de la sociedad ibicenca, de organizaciones, de compañeros y mandos, y conseguimos que ninguno tuviera que dormir en su vehículo. Este año nos tememos que vuelva a pasar lo mismo cuando vengan los agentes en prácticas.

Ahora los efectivos no duermen ni en caravanas, sino en furgonetas sin acondicionar.
—-Exactamente. Hemos visto una furgoneta con un colchón mal puesto y no son lugares adecuados para dormir o descansar, ni tan siquiera para guardar objetos personales. No son lugares para habitar correctamente.

Entre la plantilla de Ibiza se comenta esta problemática.
—Sí, es habitual. Muchos cuentan que han encontrado cosas, pero a precios prohibitivos. Al final, las Pitiusas importan agentes de la Península porque quienes son oriundos de las Baleares son una minoría. La gente que viene, los compañeros, se quieren ir. Hay agentes destinados que están casados y con hijos y no pueden venir con sus parejas y niños. Hay un guardia civil en Sant Antoni que está pagando 1.200 euros al mes por una habitación en un piso compartido. Al final, se habla de ello en el día a día porque no se está a gusto y la gente lo comenta y, en cuanto surge la ocasión, se va y otros no quieren ni venir porque ya saben lo que se van a encontrar.

En su visita reciente, el ministro del Interior no ofreció soluciones concretas a corto plazo.
—La realidad es que su visita nos decepcionó porque teníamos la esperanza de que anunciara alguna medida y no fue así. Esperamos que se adopten acciones urgentes porque estamos hablando de servicios esenciales para la sociedad y lo que no puede ser es que haya unos déficits de plantilla brutales que provocan que los servicios no sean los óptimos. Al final, los efectivos destinados aquí deben realizar un sobreesfuerzo importante para paliar esa escasez de guardias. Hay que tomar medidas urgentes porque llevamos muchos años con esto y cada vez vamos a peor y, si seguimos así, tememos acabar con menos personal y no nos gusta porque lo que queremos es dar un servicio de calidad a los residentes y a los que nos vengan a visitar.

Usted comentó que algunas plantillas en Ibiza están ya al 50% y se prevé un verano complicado en este sentido por la falta de personal.
—Hay una falta de personal agravada en los últimos años, algo que ocurre en mayor o menor medida en todas las islas, aunque Ibiza es la zona donde sucede de manera más acusada. Pasa de forma generalizada también en distintos ámbitos del sector público y quienes pagan las consecuencias son los ciudadanos. Ibiza debería ser un destino atractivo para que los agentes arraiguen aquí porque ello provocaría que el servicio sea de mejor calidad. Denunciamos que algunas unidades están al 50%, lo que provoca que los guardias civiles deban realizar ese importante sobreesfuerzo para compensar esa carencia, con el evidente desgaste para ellos. Por ello, hay que actuar de inmediato para revertir esa situación y evitar que el problema se agrave.

El ministro también echó balones fuera cuando se le preguntó en Ibiza si se iba a subir el plus por insularidad.
—No podemos estar de acuerdo con ello. Uno de los complementos retributivos que tenemos es por residencia y se abona en función del lugar donde uno reside. Las cuantías por esa indemnización no se habían revisado en 18 años y las circunstancias económicas han cambiado bastante. Es evidente que es necesaria una actualización urgente. Para nosotros es la principal medida a adoptar para contar con esos servicios públicos de calidad. En 2018, a través del Consejo de la Guardia Civil, se planteó esta situación y desde el Ministerio de Interior en aquel momento recogieron el guante y se entendió la problemática de Ibiza, abonando durante un año a los funcionarios dependientes de aquel ministerio una productividad de algo más de 200 euros. No fue una solución definitiva, pero sí un parche temporal que alivió un poco la problemática.

¿Ibiza es el peor destino ahora mismo en el país, tal como dicen algunos colectivos?
—No sé si es el peor, pero sí uno de los peores del país. Nadie quiere ir a un lugar en el que se va a dejar un porcentaje muy importante de su sueldo en una vivienda, y eso si la encuentra, más la carestía de la vida y ya no pensemos en si hay familia. Las cuentas no salen y uno evita ir a lugares que van a traer problemas, principalmente económicos. Hablan de otras medidas a adoptar y se pueden tomar muchas, pero al final lo que se necesita es que esa indemnización por residencia sea adecuada y justa al lugar en el que se reside y no percibir un suplemento que estaría muy bien hace 20 años, pero no ahora. Hace mucho que comenzamos en Ibiza con esta reivindicación y exigimos entonces la equiparación con Canarias, que ahora es insuficiente porque aquí el nivel de vida y los impuestos son mucho más altos.

¿Las Pitiusas son ahora mismo destinos seguros?
—La criminalidad en todo el país se ha incrementado y en Baleares ostentamos el triste récord de tener una mayor criminalidad. Dentro de la Comunidad, precisamente Ibiza es el lugar con más infracciones penales como robos, hurtos o tráfico de drogas. Al ser un destino tan turístico, si uno quiere estar a la altura, lo deseable es que las plantillas estén completas y haya los medios adecuados para poder dar ese servicio de calidad. Me consta que los mandos en Baleares están muy sensibilizados con las problemáticas existentes pero, al final, quien puede hacer algo es precisamente el ministro del Interior y el Gobierno. Si no se actúa, se irá a peor y la pelota está en su tejado. Pedimos que se actúe y con urgencia.