Parte de urgencias en el que el doctor manifestó que su paciente tenía «retraso mental grave».

El mal uso de los términos que una sanitaria utilizó para referirse a un joven con discapacidad intelectual ha podido servir en estas últimas horas para extraer una conclusión: todavía queda mucha formación por llevar a cabo.

Desde Apfem, la gerente Antonella Greco reconoció ayer que la noticia no les había sorprendido precisamente porque «todavía falta mucha formación e información» al respecto.
«Al final, el lenguaje es básico en cuanto a los diagnósticos y a las etiquetas que estamos poniendo», insistió.

Greco consideró que incluso en la atención a determinados pacientes o colectivos puede notarse en ocasiones esa falta de formación. Por tanto, reiteró la importancia de visibilizar estas situaciones puesto que «se trata de una lucha y, hasta que no entendamos que es de todos, de toda la sociedad, no se va a poder solucionar nunca puesto que estos términos o la manera de dirigirse a las personas va a ser básico».

La gerente aseguró entender que se haya presentado una queja puesto que se pueden evitar impactos como el sufrido por esta familia tan solo utilizando los términos correctos.

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También Alba Pau, cara visible de diferentes asociaciones, quiso manifestar a título personal que los términos utilizados en el parte médico del joven son «inadecuados», aunque recordó que son las palabras que una década atrás solían utilizarse para referirse a una persona con discapacidad intelectual.

Por tanto, al igual que Greco, defendió la importancia de la formación para lograr cambiar estas situaciones y que «toda la sociedad haga un esfuerzo para no hablar así, de manera despectiva».

Este lunes, una familia de Sant Antoni, a través de Ibiza IN, registró una queja ante el Área de Salud de las Pitiusas después de que un facultativo del centro de salud de Sant Antoni atendiera a domicilio a un joven con una discapacidad intelectual indicando en el parte médico que el motivo de la consulta había sido un «retraso mental grave», además de fiebres y temblores.

A través de las redes sociales, desde Ibiza IN difundieron lo sucedido, destacando la importancia de utilizar un lenguaje correcto y adecuado a la hora de referirse o dirigirse a determinados usuarios.
Según este colectivo, el término empleado para una persona con discapacidad intelectual no había sido el correcto, reiterando la necesidad de «modificar el lenguaje ya que es un poderoso instrumento para cambiar lo que pensamos y cómo consideramos a las personas con discapacidad».