El entorno social y la presión por encajar jugaron un papel fundamental en la vida de David a la hora de desarrollar un problema de consumo de sustancias, una dependencia que pudo desencadenar o avivar el trastorno mental que padece actualmente este vecino de Ibiza de 46 años. Así lo relata este usuario, con motivo este jueves del Día Mundial de la Salud Mental, en la sede de la Asociación Pitiusa Pro Salud Mental (Apfem). Entidad que para David, que es usuario de Apfem desde hace cinco años, significó «volver a ver la luz» en su vida al sentirse comprendido por los profesionales de esta asociación.
Sin ir más lejos, destaca que, gracias a los medios de que dispone actualmente para hacer frente a su patología, indica que no siente que tenga una enfermedad mental, sino una forma diferente de vivir su vida. Una vida que quiere compartir este jueves con el objetivo de visibilizar y sensibilizar a la sociedad con el fin de disminuir el estigma que sufren las personas con problemas de salud mental.
Es por ello que este risueño usuario recuerda cómo fue la época que desencadenó o activó la patología que padece desde entonces: «En el año 1999 empecé a ir con otras amistades y frecuentar otros lugares. Iba a fiestas de campo con gente más mística y yo quería formar parte de ese grupo, sin embargo, me sentía desplazado y comencé a hacer locuras con las drogas», rememora este usuario a Periódico de Ibiza y Formentera.
En esta línea explica que, a partir de estos comportamientos, empezó a tener problemas en casa, especialmente con su padre. «Me fui de casa enfadado por esta situación y estuve nueve meses durmiendo en mi coche y duchándome en hoteles. Además, para poder comer, me vi obligado a robar en los supermercados porque en aquella época no era consciente de los recursos asistenciales que ofrecían entidades como Cáritas Ibiza», subraya, resaltando que tenía la «mente perdida» y creía que vivir de esa manera era una forma de vida.
Recursos
«No era nada consciente de lo que me estaba pasando, pero, tras hablar con mis padres, fui a Urgencias, ingresé en Psiquiatría cerca de dos meses y cuando salí del hospital dejé ese mundo que estaba frecuentando. Seguía una medicación e iba a centros especializados, y todo cambió radicalmente», agrega, puntualizando que dejó totalmente de consumir sustancias. Este cambio de vida que relata David fue incluso más radical al conocer la existencia de Apfem porque, según apunta, gracias a esta asociación encontró un puesto de trabajo que le permitió sentirse mejor consigo mismo.
«Aquí me han demostrado que yo valgo por mí mismo y que puedo llegar hasta donde quiera; me han cambiado la vida. Además, la relación actual con mi familia es perfecta», señala David emocionado, haciendo hincapié en los talleres y reuniones que se llevan a cabo en la asociación entre todos los miembros. «Nos juntamos todos los usuarios y esto nos permite comprendernos y ayudarnos», agrega. En relación a cómo afronta su enfermedad mental en su día a día, este usuario subraya que tiene todas sus necesidades cubiertas gracias a los medios con los que cuenta en la isla.
«Tengo mis citas psiquiátricas, voy al Hospital de Día de Psiquiatría y paso mucho tiempo con la gente de la asociación porque somos una familia. Respecto a la patología tengo pequeñas manías del día a día o algún pensamiento esquivo, pero son pequeñas cosas que estoy aprendiendo a cambiar gracias a Apfem», precisó, mientras resaltaba ilusionado la obra de teatro inspirada en la salud mental que ha organizado la entidad. Este jueves, adelanta emocionado, se anunciará la fecha del estreno.
5 comentarios
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David, siempre adelante. Eres ejemplar.
David, eres un gran ejemplo. Muy buena persona
MarnuAunque Piter Ibiza, en ocasiones, se exprese con sorna, no le falta razón en la mayoría de sus declaraciones.
Madre mía Piter Ibiza, qué ganas dan de contestarte mal...
hay que seguir invirtiendo en alud mental. Cada año mueren miles de hombres por suicidio. Pero a nadie le importa. Son hombres y los hombres son prescindibles para esta sociedad.