El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico dio por acabada la ejecución de las obras y la puesta en marcha de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Ibiza el pasado mes de noviembre, en concreto, tras recibir el contrato el 11 de noviembre de 2024. En esa misma fecha, se formalizó el acta de cesión de la explotación y mantenimiento a la Dirección General de Recursos Hídricos del Govern, iniciándose la operación sin interrupciones entre las pruebas previas y su comienzo efectivo. En este punto es preciso recordar que las obras para construir la nueva depuradora de Ibiza empezaron en diciembre de 2017, después de haber acumulado varios años de retrasos debido a distintos factores.
En este sentido, en junio de 2016, la Unión Temporal de Empresas formada por Depuración y Tratamiento (Sadyt) y Sacyr Construcción S.A. ganó la adjudicación de las obras con una oferta económica de 24,3 millones de euros, lo que representó un descuento del 41% respecto al presupuesto original de 41,2 millones. Este ajuste en el precio provocó una prolongación inusual del proceso de licitación, iniciado en julio de 2015. Tras la adjudicación, la empresa constructora presentó un proyecto cuyo coste final excedía la oferta original, lo que originó una nueva demora. Aunque el Ministerio consideró rescindir el contrato, finalmente optó por reconducir la situación y los trabajos pudieron comenzar. En principio, se había previsto que las obras concluyeran en 2021, pero el hallazgo de restos arqueológicos obligó a modificar el trazado, lo que generó más retrasos.
El objetivo de esta actuación ha sido cumplir con los requisitos de calidad establecidos para los vertidos al mar según la Directiva 91/271/CE, que regula el tratamiento de aguas residuales urbanas. De este modo, se garantiza la depuración de las aguas incluso en episodios de caudales punta y durante la temporada alta.
Además, las obras realizadas contribuyen a reducir la generación de gases y malos olores durante el proceso de tratamiento, minimizando el impacto negativo sobre el medio ambiente y mejorando la calidad de las aguas costeras cercanas al punto de vertido del emisario marino, así como en las zonas de baño y de pesca. Esta infraestructura beneficiará a una población equivalente de 96.748 habitantes, según destacaron en noviembre de 2024 desde el Ministerio de Transición Ecológica.
El proyecto está integrado en el Plan Hidrológico de las Islas Baleares y en el Anexo I del Protocolo General entre el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino y el Gobierno de las Islas Baleares, que establece el marco de colaboración en el ámbito del saneamiento y la depuración.
Estas obras están cofinanciadas por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) 2014-2020, en el marco del Programa Operativo Plurirregional de España (POPE), con el objetivo de contribuir a la conservación del medio ambiente y el patrimonio cultural.
Las últimas novedades sobre la nueva depuradora de sa Coma es que aún sigue funcionando de manera simultánea a la actual hasta que se consigan reducir los niveles de salinidad del agua.
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