«Me alegro de que cierren es Bol Nou antes de que ocurra una desgracia»

El alcalde anunció el cierre de la playa por riesgo de desprendimientos

Jordi Cardona espera que se encuentre una solución a los problemas de desprendimientos | Foto: Toni P.

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El Ayuntamiento de Sant Josep firmó la pasada semana un decreto para cerrar de forma inminente la playa de es Bol Nou ante el riesgo real de desprendimientos. Así lo anunció el pasado 11 de abril el alcalde, Vicent Roig, durante la presentación del ‘Plan de Reactivación de Playas 2025’, asegurando que «existe un peligro y no podemos dejar que la gente corra ningún riesgo». La decisión, que se haría efectiva esta misma semana, responde al informe técnico de Costas que alerta de la situación de inestabilidad en esta franja litoral.

La emblemática cala, de aguas poco profundas y resguardada por un imponente acantilado de arcilla rojiza, ha sido durante años un lugar muy popular tanto para residentes como turistas. Pese a los carteles colocados en la zona advirtiendo del riesgo de desprendimientos, no es raro ver a diario a decenas de curiosos acercarse hasta la orilla, ya sea para contemplar su singular belleza como para observar los cambios visibles que ha sufrido en los últimos años. El alcalde ha subrayado que ahora el objetivo es actuar para mitigar el riesgo y estudiar si la playa podría reabrirse este mismo verano o, en su defecto, de cara al próximo año. «Entramos el Govern balear, Costas y Ayuntamiento y, por ello, las autorizaciones son más complicadas de obtener, pero la seguridad de los bañistas está por delante de todo», aseguraba Roig.

Uno de los negocios afectados directamente por esta medida es el restaurante Sa Caleta, situado junto a la playa. Jordi Cardona, responsable del establecimiento, considera que este cierre «antes o después tenía que ocurrir». «En los últimos cinco años ha habido tres deslizamientos», recuerda. «Es peligroso y me alegro de que, por fin, vayan a cerrar la playa antes de que ocurra alguna desgracia. Eso sí, siempre y cuando detrás del cierre venga una solución real con un proyecto efectivo».

Cardona señala que llevan muchos años pidiendo una intervención: «Llevamos muchos años detrás de directores de Costas o del Parque Natural, de varios consellers de Medio Ambiente y alcaldes para que se haga algo». Y teme que ocurra como en otros puntos de la isla: «Ha pasado en otros lugares como en Agües Blanques, pero no se ha solucionado nada, espero que aquí no pase lo mismo».

El restaurador también recuerda el valor de esta playa para las familias: «Siempre ha sido una playa muy popular, tanto entre los ibicencos y los turistas porque su forma recogida y la poca profundidad del agua la convierten en ideal para que las familias puedan venir con niños pequeños sin miedo a que se puedan ahogar, sin embargo es muy peligrosa». Y añade: «Por suerte nunca ha pasado ninguna desgracia, pero solo por suerte. No hay que esperar a que ocurra lo que ocurrió el año pasado en Formentera para ponerse en marcha».

Además, advierte de las consecuencias para los vecinos: «El cierre afecta también a los ibicencos, como a los niños del campamento de Cala Jondal que solían venir a esta playa, ¿ahora dónde van a ir?, ¿a Cala Jondal? Por eso hay que solucionarlo». Y subraya los cambios que ha experimentado el entorno: «La playa ha cambiado mucho en los últimos cinco años, cuando en 2020 hubo toda una serie de borrascas seguidas que han erosionado la playa y ahora apenas queda arena como había antes».

Respecto al futuro de su negocio, Cardona se muestra prudente pero esperanzado: «El restaurante lleva abierto desde 1988 y los únicos días que hemos cerrado son los 25 de diciembre de cada año. Es un negocio familiar que funciona tanto en otoño como en primavera o invierno, por lo que debemos pensar que el cierre de la playa nos suponga un retroceso importante». Aun así, confía en los valores que han consolidado el restaurante: «Aunque obviamente el volumen será menor –quienes quieran nadar no vendrán– tenemos un gancho muy importante, que es el rincón tan mágico en el que estamos, nuestra gastronomía y nuestra cultura». Además, celebra que se haya completado la museización del yacimiento fenicio de Sa Caleta, «un atractivo más de la zona» que puede ayudar a amortiguar el impacto del cierre de la playa.