Incendios

Habla el dueño de uno de los restaurantes quemados en Ibiza: «Habíamos invertido los ahorros de toda una vida; es devastador»

Todavía no ha habido confirmación oficial por parte de la Guardia Civil

El edificio tras el incendio de la madrugada del pasado 10 de junio | Foto: Jésica López

TW
10

En torno a las dos de la madrugada comenzaban las llamas en Platja d’en Bossa el pasado martes. Un fuego que terminaría convirtiéndose en un gran incendio cuyas llamas terminarían por devorar tres locales de la zona: el restaurante s’Espardell y Sa Sal, además de un club social. Precisamente el propietario de uno de estos comercios comunicaba a través de sus redes sociales que este incendio había sido intencionado.

El incendio afectó también al bloque de viviendas que se encuentran en la parte superior a estos locales. En total, 60 apartamentos fueron desalojados de urgencia con motivo de las llamas. Sin embargo, y dentro de la gravedad y lo aparatoso de las llamas, no hubo que lamentar víctimas mortales. En ello jugó un muy importante papel la rápida intervención del cuerpo de Bomberos en ese proceso de desalojo.

Sobre la zona, en la parte de los comercios, a nivel de playa, la imagen que queda a día de hoy es de completa devastación. Las llamas calcinaron por completo tanto los establecimientos del lugar como la zona de las dunas que se sitúan justo enfrente. El olor a humo y quemazón sigue en la zona de manera casi inconfundible.

En cuanto a las viviendas, las fachadas de los pisos inferiores también ofrecen la triste imagen que deja el rastro del incendio. Con tan solo pasar por delante de esos bloques se puede ver a la gente, trabajando en tareas de limpieza en sus viviendas, ataviados con mascarillas, para protegerse de los olores.

El origen

Han sido las cámaras de seguridad de uno de los locales las que habrían descubierto que dicho incendio fue a intencionado. Actualmente se trata de una investigación en curso por parte de la Guardia Civil, por lo cual no es posible acceder a cierta información sobre quien ha sido el responsable de los hechos hasta que esta concluya. Para Alberto, propietario de Sa Sal, este incendio ha sido «devastador» a nivel personal. El restaurante llevaba en marcha tan solo un año, el cual había sido levantado «con mucho esfuerzo y sacrificio». Los comienzos no fueron fáciles para él. Como tantas otras veces, los inicios son la parte más complicada y, en esta segunda temporada, todo apuntaba marchar mejor, tal y como explica un amigo cercano suyo. Sin embargo, de la noche a la madrugada todo se truncaba.

Alberto, este jueves por la tarde, en el interior de Sa Sal tras el incendio.
Foto: Jésica López.
Noticias relacionadas

«Hemos perdido algo que levantamos con mucho esfuerzo y sacrificio. De un momento a otro nos hemos quedado sin un negocio que para nosotros significaba mucho», explica Alberto Yagüe, propietario de Sa Sal, muy consternado por la situación que las llamas han provocado en su negocio y, por ende, en su vida.

En la publicación que ha remitido en redes sociales, ha querido trasladar su «profunda consternación y tristeza por este acto vandálico, que no solo ha afectado gravemente nuestras instalaciones, sino también a todo un equipo humano que ha trabajado con dedicación, profesionalidad y cariño».

Alberto hace hincapié en que son una familia trabajadora «que había invertido los ahorros de toda una vida para montar el negocio».

Vecinos

Alberto ha mostrado también su disconformidad por la injusticia de ciertos comentarios que se han hecho a raíz del incendio. «Dicen que lo hemos hecho alguno de nosotros para cobrar el seguro. Lo que nos da el seguro no cubre ni mínimamente todo el esfuerzo y sacrificio que hay detrás de todo esto».

Alguno de los vecinos de la zona todavía se quedan desalentados al ver los efectos del incendio en la zona. Uno de ellos, Pepe, miraba apenado el interior de los restaurantes completamente destrozado por las llamas. Él no era consciente de la intencionalidad del incendio pero asegura que «la zona no estaba lo suficientemente cuidada. Aquí a la altura de la playa ha sido un punto de venta de droga durante años y nunca se ha hecho nada para evitarlo».