Chabolismo en Ibiza: cámaras de vigilancia y un depósito de 14.000 litros de agua potable en Can Rova 2

Cuentan ya con un depósito de agua potable de hasta 14.000 litros y un sistema de cámaras de vigilancia

Tras el desalojo, se pusieron en manos de un reconocido abogado, David Fechenbach, quién les asesora en sus disputas legales | Foto: Alejandro Mellon

TW
31

Lejos de esa primera etapa, en la que prácticamente cada semana llegaba alguien nuevo, la población en el asentamiento de Can Rova II está bastante estabilizada. Y, después de tantos meses de convivencia, sus vecinos cada vez parecen más organizados.

Al menos así lo hacen los residentes de la primera de las parcelas, la más cercana a la carretera de Ibiza a Sant Antonio. Aunque pueda parecer un lugar uniforme a simple vista, la realidad es muy diferente. De las tres parcelas en las que se divide el lugar, la primera de ellas es, sin dudas, la mas organizada.

Lo es en gran medida porque eran los antiguos vecinos del primer asentamiento de Can Rova. Tras el desalojo, se pusieron en manos de un reconocido abogado, David Fechenbach, quién les asesora en sus disputas legales.

Fechenbach, además, les visita una vez al mes -él vive y trabaja en Madrid - para mantener reuniones en las que les informa de las novedades legales respecto al asentamiento «sean buenas o malas», tal y como explica Richard, una suerte de representa de los residentes de Can Rova II.

Noticias relacionadas

Es este último, precisamente, quién explica las novedades del asentamiento. Una de ellas se puede ver desde el exterior : dos cámaras de vigilancia con las cuales se graba la entrada a la zona del asentamiento en la cual viven. No vigila el interior, puesto que «aquí nos conocemos todos», sino posibles robos o «invasiones» desde el exterior, asegura Richard.

Otra de las novedades, ya imperceptibles desde fuera, es un depósito de 14.000 litros de agua potable, gracias al cual la parte inferior del asentamiento tiene acceso a agua en sus improvisadas viviendas gracias a un sistema elaborado por él mismo, con la colaboración de otros residentes.

En cuanto a los menores, en esa ya citada parte inferior, de la cual es más fácil obtener cifras -las otras dos parcelas son algo más opacas en este sentido-, son 7 los que ahí residen. «Todos ellos escolarizados», asegura Richard.

Sobre si el sistema de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Santa Eulària colabora con esos menores, Richard asegura que notó un punto de inflexión desde el último intento de desalojo, del pasado 9 de abril. «Desde entonces no nos han tratado igual, como si trataran de sacar algo más de información sobre nosotros», detalla.

Por el momento, a la espera de novedades en el ámbito judicial respecto a las demandas interpuestas tanto por parte de la propiedad como del consistorio de Santa Eulària, la situación actual de Can Rova II es de relativa tranquilidad.