Noemí Boned (Ibiza, 1989) es la nueva presidenta de la Asociación de Personas con Necesidades Especiales de Ibiza y Formentera (Apneef), entidad que atiende a más de 580 personas al año. Tras más de una década al frente de la entidad, Susi Fresneda cedió el testigo a Noemí Boned, quien asumirá el cargo con el firme compromiso de dar continuidad a una labor esencial en las Pitiusas. Durante la entrevista habla de los grandes desafíos que afronta la entidad. Entre ellos, la creciente demanda, la escasez de recursos y profesionales, los problemas de espacio físico y la falta de financiación estable en servicios clave como el de Rehabilitación y Prevención de Ibiza y de Formentera.
—Empieza una nueva etapa como presidenta de Apneef, ¿cómo afronta este reto profesional?
—Desde luego es un reto. Me preguntaron desde la Junta Directiva si quería asumir el cargo y adquirir este nuevo reto. Yo llevaba un par de años más involucrada en el proyecto, sobre todo en materia de educación. También me interesé más en el tema de subvenciones, de financiación, de cómo se pueden conseguir más derechos para los niños y, bueno, me lo propusieron. Estoy en una etapa en mi vida en la que puedo hacer frente a lo que requiere la asociación y dije que sí con mucha ilusión.
—La asociación requiere de mucha dedicación a los proyectos e implicación.
—Sí. Es verdad que la asociación ya lleva muchos años consolidada y tiene un equipo profesional muy potente que hace que funcione todo de forma muy rodada. Sí que es verdad que requiere implicación, pero también agradezco mucho al equipo profesional que lleva ya muchos años trabajando su labor. Gracias a ellos, la entidad está muy consolidada. Ellos hacen que todo sea mucho más fácil.
—Hace pocas semanas desde Apneef se hizo un llamamiento urgente a la colaboración ciudadana para conseguir vivienda para una profesional de la entidad que estaba sufriendo el problema de vivienda y tenía que abandonar la isla. ¿Cómo está la situación?
—Actualmente seguimos en la misma situación, la profesional todavía está buscando vivienda y, bueno, esa es la problemática que llevamos años sufriendo. Al final, todos conocemos la realidad de la vivienda en la isla, pero es cierto que desde la asociación, particularmente, la sufrimos en el sentido de que cada vez hace falta más personal porque la plantilla que tenemos se tiene que marchar de la isla como consecuencia de este problema y, debido a ello, no podemos ofrecer los servicios necesarios para los usuarios. Esta realidad es muy preocupante.
—¿En qué situación actual se encuentra Apneef en relación al personal? ¿Faltan recursos para poder cubrir las necesidades de los 580 usuarios que atiende la entidad al año?
—Es verdad que, a nivel de personal, estamos cubiertos, sin embargo, sí que tenemos a muchas familias en lista de espera aguardando para poder ser atendidas por un servicio asistencial. Cada vez hay más familias que quieren acceder a la entidad desde el Govern balear, que garantiza un servicio concertado que se ofrece desde los tres a los seis años y está cubierto por el Govern. Cada vez entran más familias y los recursos son limitados, también por el espacio físico que tenemos en la sede, incluso hay muchas familias que están pendientes de poder acceder. El gran problema es que este servicio está concertado con el Govern balear, pero los niños, a partir de los seis años, siguen teniendo muchas necesidades. A partir de esta edad, entran otros servicios que ofrecemos, pero están colapsados y, como no llegan los recursos suficientes, tampoco podemos ampliar la plantilla. De cara a septiembre puede haber dificultades porque no vamos a poder atender toda la demanda que tenemos. De ahí, la necesidad de que el Consell d’Eivissa nos ayude para ver si podemos avanzar.
—¿Se refiere a la concertación con el Consell de más servicios asistenciales que actualmente ofrece la entidad?
—Sí, estamos pendientes de un concierto con el Consell que no llega y no tiene previsión de llegar. Las subvenciones no cubren ni el 30 % de lo que cuestan los servicios. Estas atenciones cuestan mucho financiarlas y las familias no pueden ayudar porque la gran mayoría están en asociaciones y tienen los recursos que tienen. La cuestión es que si no conseguimos más financiación, no podemos ir absorbiendo todos estos nuevos casos que van llegando.
—¿Por qué dice que este concierto no tiene previsión de llegar?
—Porque el Consell tiene un gran atasco de trabajo y no han puesto esta cuestión como prioridad en sus asuntos y, al final, este tema se va alargando. Dicen que está como prioridad, pero pasan los años y no llega esta solución. Estamos a mitad de año y no se ha movido nada. Estamos un poco cansados porque hace mucho tiempo que les decimos que es necesario concertar, que es un servicio justificado y necesario. Si no trabajamos para mejorar el desarrollo y para que los usuarios tengan una mayor autonomía, todas estas personas a la larga van a tener más dependencia, van a necesitar más recursos, más centros de día, más centros ocupacionales, más pisos, más residencias y, al final, es la pescadilla que se muerde la cola. Nosotros abogamos por hacer un trabajo previo y lo mejor dotado. Será mejor para la sociedad y para las personas que atendemos. El año pasado atendimos a 581 familias y de éstas unas 300 están bajo el paraguas de las concertaciones del Govern balear. Todas las demás, ya sea por edad o por características, o porque todavía no tienen el certificado de discapacidad, pueden entrar en según qué servicios. Nosotros estamos aquí para intentar, con más especialización, poder dar esa atención a los usuarios y a las familias, pero claro, llegamos hasta donde llegamos.
—¿Ha aumentado mucho la demanda y el volumen de necesidades en la isla?
—Es verdad que contamos con muchos colaboradores y muchas entidades privadas y públicas que te ayudan, pero el volumen de necesidades es muy grande y es un poco frustrante ver que, en vez de ir para adelante, vamos para atrás. Todo ha subido mucho en la vida y hay que poder pagarlo. Los recursos de las administraciones también tienen que ir en aumento, en proporción a lo que está subiendo el nivel de vida y la demanda que hay de usuarios. Y en el caso de las subvenciones no funciona así, desgraciadamente. El Govern balear ha hecho un esfuerzo para adecuar un poco los precios al convenio colectivo que tenemos. Además, ha llevado un acuerdo para que los profesionales puedan cobrar un poco más, con el tema del plus de doble insularidad que ya se ha implantado.
—¿Cuántos profesionales hay en plantilla?
Tenemos 36 profesionales, de los cuales sólo 13 están bajo el paraguas del Govern de los servicios concertados y nosotros, como es normal, tenemos que pagar a todo el mundo por igual. Y eso hace que no podamos llegar. Ahora mismo, a una de las compañeras que se marcha por falta de vivienda, no se le va a sustituir. De cara a septiembre ojalá tengamos buenas noticias y podamos contratar a otra persona o varias personas, que son las que vamos a necesitar. Esta persona ya tenía un volumen de usuarios que se deja de atender, más todos los que llegan de otras administraciones. Los usuarios que está atendiendo esta profesional quedan otra vez en lista de espera. A nivel de recursos económicos públicos se siguen manteniendo, pero hay un déficit a nivel de recursos de la asociación. Nuestro poder adquisitivo casi roza los mínimos.
—¿Cuántos usuarios hay en lista de espera actualmente?
Hay cerca de 40 familias.
—¿Hay más profesionales de la entidad en la misma situación que esta profesional que se ha visto obligada a abandonar Ibiza por la problemática habitacional?
Además de esta integradora social, tenemos a una terapeuta ocupacional en la misma situación. Esta semana nos ha llamado un propietario que tenía un piso para dos años y ha quedado para ir a ver la vivienda. No obstante, seguimos teniendo compañeros con 30 o 35 años que están compartiendo vivienda en la isla y no pueden hacer su proyecto de vida aquí. No tenemos tampoco una garantía de estabilidad para el personal que tenemos debido a la dificultad de encontrar una vivienda para ellos solos; no pueden hacer su vida personal y familiar en la isla. Por ello, no hay una seguridad para que el personal continúe a largo plazo con nosotros.
—La asociación también sufre la demora en la evaluación y certificación del grado de discapacidad, ya que retrasa el acceso a los servicios, y también el colapso que padece la Unidad de Salud Mental de Ibiza.
Sí, las consecuencias de vivir en una isla afectan a la asociación; todo se refleja. Hemos hablado aquí sobre la falta de vivienda para el personal, incluso muchas familias se han marchado. Tenemos a dos familias que están viviendo con personas con movilidad reducida en pisos sin ascensor, tenemos familias que están compartiendo con otras familias y tienen a lo mejor un hijo con necesidades especiales que sólo puede estar en una habitación metido… hay situaciones muy complejas. La asociación sufre a todos los niveles, no sólo a nivel de personal sino también a nivel de usuarios de las familias que ven cómo la carestía de vida en la isla va subiendo. El problema de la vivienda también conlleva que haya familias que estén viviendo en una situación no demasiado digna o cómoda, sobre todo cuando hay personas con necesidades especiales, movilidad reducida o trastornos de comportamiento que tienen que compartir vivienda o vivir en una casa o en un piso sin ascensor. Las dificultades de las familias las tenemos en cuenta porque las sufrimos todos al final.
—¿Se sigue esperando una media de 18 meses en Ibiza para evaluar la discapacidad de una persona y lograr su certificado?
Este miércoles pasado tuvimos una reunión con la nueva directora general de Asuntos Sociales del Govern balear y se abordó este tema porque les preocupa mucho. Nos comentaron que están tomando las medidas oportunas y que están trabajando en esta materia porque saben que el problema viene de lejos y está complicado; les preocupa mucho. También desde las federaciones que luchan por la calidad de los servicios de las entidades concertadas se están tomando medidas para casos urgentes. Nosotros y otras asociaciones hemos podido presentar situaciones que eran muy urgentes y se han atendido. Hemos estado trabajando para poder entre todos atender esta situación mientras tanto. Me gustaría también añadir que no sólo sufrimos la problemática de los retrasos a la hora de la concesión de la discapacidad o la dependencia, sino también en la calidad del servicio. Muchas veces se atiende a los usuarios a través de una videoconferencia porque el médico no está en la isla, sino en Menorca y se atiende a través de una pantalla. También lo hacen los psicólogos, y esto empeora el reconocimiento. Es necesario que a Ibiza y Formentera también se las tengan en cuenta y poder tener los mismos servicios y los mismos derechos que el resto de islas.
—Además de todas las necesidades habladas a lo largo de esta entrevista, ¿cuáles son los mayores retos planteados para esta nueva etapa?
Sobre todo conseguir la mayor estabilidad a nivel de financiación pública, que se concierten el máximo de servicios por parte de la administración, que podamos conseguir un local adecuado para todos los usuarios y que podamos tener el personal suficiente para dar servicio a toda la demanda que se presenta.
—¿Qué personal haría falta para poder cubrir todas las necesidades actuales de los usuarios?
Ahora mismo somos 36 profesionales, y nos harían falta técnicos especialistas de diferentes áreas. Sería ver las personas que entran, ver qué necesidades tienen y ahí adaptar la oferta del personal que tenga que entrar porque cada usuario tiene un plan específico e individual personalizado. Por eso es importante ver qué necesidades tienen y observar si necesitan más un logopeda o un psicólogo, por ejemplo. Es una labor muy especializada porque cada persona que entra en la asociación puede necesitar dos, tres o cuatro servicios. Por tanto, habría que hacer una valoración específica para saber exactamente qué necesidades hay. Las incorporaciones tienen que ser técnicos especializados con formaciones. En este caso, si estamos hablando de 40 familias en lista de espera, podemos hacernos una idea del volumen que eso representa. Por lo menos dos personas más tendrían que entrar para cubrir las necesidades, sin embargo, hay que buscar la financiación primero porque hemos terminado el año en negativo. Se puede un poco tirar de ahorros, pero ya sabemos lo que pasa con los ahorros. No son la solución.
—Me ha comentado antes que es esencial también poder cambiar de sede y establecerse en un espacio más adecuado.
Estuvimos mirando varios locales, pero el precio que tienen para el alquiler es desorbitado y luego hay que adecuarlo. No es un trabajo fácil porque antes de entrar en el local este espacio tiene que estar adaptado a las necesidades que necesita la asociación. También tiene que ser un precio razonable, que se pueda sustentar a largo plazo porque hay ciertas características que son necesarias. Lo que sí tenemos es a un arquitecto que se ha ofrecido, también tenemos el proyecto y gente que quiere colaborar, pero necesitamos un espacio que no sea tan comercial, pero que sea grande y nos los alquilen a un precio más razonable para poder acceder porque la necesidad de un lugar adecuado es real y se tiene que abordar sí o sí. No se puede seguir creciendo con más profesionales si no contamos con un espacio para poder reunir al personal.
—¿Quiere resaltar algo más sobre su nuevo cargo dentro de la asociación?
No, simplemente decir que este lunes, día 30 de junio, es la entrega de reconocimientos del IBDONA 2025 a personas, entidades o colectivos que destacan por su lucha por la igualdad y este año es para la asociación. Nos vamos a Mallorca con la presidenta del Govern para recibir este reconocimiento y estamos muy contentos.
5 comentarios
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Hemos normalizado que sean asociaciones quienes presten servicios que les corresponden a la administración hacerse cargo y unos por los otros los ciudadanos seguimos mal tratados y nuestros impuestos mal gastados.
Noemí, ¿ quieres ir al cine a ver el estreno de Superman 18 ?
JjtAhí le has dado. Sí de dedicase el dinero público a atender a quien realmente lo necesita en lugar de regalárselo a cualquiera para ganar votos otro gallo cantaría.
Igual a los de las pateras los menas habría que devolverlos a su pueblo
A lo mejor lo que tienen que hacer es reducir gastos. Hacen una labor magnífica pero no pueden suplir los servicios públicos. Igual han crecido en desmesura.