El Centro de Salud de Vida, también conocido como «8 d’Agost», ha estado durante cerca de 48 horas con uno de los motores del sistema del aire acondicionado inutilizado a causa de una avería. Esto ha supuesto temperaturas muy elevadas en el centro, especialmente en la segunda planta, la dedicada a pediatría. Según han informado a Periódico de Ibiza y Formentera desde el Área de Salud, esta incidencia habría sido resuelta este miércoles, en torno a las tres de la tarde.
La incidencia comenzó este lunes, también por la tarde, cuando uno de los sistemas del aire acondicionado dejó de funcionar, quedando en funcionamiento tan solo el segundo de los sistemas, el más antiguo.
El que dejó de funcionar este lunes es de reciente instalación, ya que data de mayo de 2024, por lo que sigue en garantía, y ha de ser la empresa concesionaria quien se encargue de las reparaciones.
Los episodios de más calor se vivieron el lunes por la tarde, ya que se realizaron trabajos para optimizar la potencia del sistema que sí estaba funcionando. Además, se ubicaron a lo largo del centro aires acondicionados portátiles, además de algunos ventiladores que los propios trabajadores del centro traen por su propia cuenta.
De esta manera, este miércoles por la mañana el Centro de Salud de Vila presentaba dos realidades diferentes. En la primera planta, la de recepción, el calor era más que soportable y el funcionamiento del aire condicionado se hacía notar.
Sin embargo, tan solo dos plantas más arriba, el aire acondicionado no parece operativo en los pasillos y sala de espera de, precisamente, la planta de pediatría. Es ahí donde más se nota el calor, y los usuarios son plenamente conscientes de ello.
Usuarios como Sandra, que espera a ser atendida junto a su hija, a quien justo le comenta que «echa en falta un abanico», ante el asfixiante calor que están viviendo durante la espera.
O bien como Patricia, otra madre que está de vacaciones en la isla y se muestra «muy sorprendida» con el calor «tan extremo» que hace en el lugar mientras, como Sandra, espera pacientemente junto a su hija.
Los profesionales, como es lógico, tampoco son ajenos a esta situación. Médicos como Benjamín, quien abren la puerta de su consulta para mostrar que ahí, al menos, el calor no es tan asfixiante como lo es en los pasillos. Sin embargo, apunta a que muchos de sus compañeros «traen ventiladores a las consultas para hacerlo un poco más agradable».
La situación llega hasta el punto que, durante estos dos días, en el turno de tarde, cuando el calor es todavía más intenso, se han habilitado consultas como sala de espera. Así lo explica Marcos, un enfermero de la planta de pediatría que explica que «esta situación no es nueva. El año pasado ya nos encontrábamos con esta situación a menudo. Se instaló un nuevo sistema, pero sigue pasando. No ha sido solo cosa de esta semana».
Sobre otras incidencias, desde el Área de Salud explican que son «episodios puntuales que no afectan a todo el centro, sino a consultas y espacios concretos».
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El aire lleva más de dos semanas sin funcionar. Primero en los pasillos y después en las consultas
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