Tráfico de drogas

Brutal agresión de un ‘camello’ senegalés a dos policías en Ibiza

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El tráfico de drogas a pequeña escala en zonas de afluencia turística en Ibiza, por desgracia, no es nada nuevo. En algunos puntos, incluso, hay ‘clanes’ de diferentes nacionalidades y etnias establecidos y fijos para vender drogas a turistas.

Esta pasada madrugada, dos agentes de la Policía Local de Sant Josep han sido agredidos por un senegalés, conocido ‘camello’ de Platja d’en Bossa que siempre se suele ubicar en el mismo sitio, provocando cortes profundos en el brazo de uno de los agentes y diferentes policontusiones en el otro agente.

Los hechos sucedieron en la calle Platja d’en Bossa, en la entrada de un conocido parking de tierra. Los dos agentes iban patrullando a pie cuando vieron a este senegalés salir del parking tras haber recogido algo del suelo cercano a la vegetación, siendo un punto de ocultación de drogas. En un momento dado, el senegalés dice en inglés a unas turistas que pasaban por allí si querían drogas y les comenta que tiene cocaína y MDMA. Los agentes de policía se acercaron a esta persona, que tiró la droga al suelo. Uno de los agentes recogió la droga del suelo, mientras el otro policía le pide hasta en cuatro ocasiones que ponga sus manos por detrás para cachearle. El senegalés se niega a seguir las órdenes policiales y huye corriendo del lugar.

Los agentes entonces emprenden la persecución corriendo al grito de «alto policía» hasta que uno de los agentes consigue alcanzar al ‘camello’ senegalés cuando éste le propina un violento empujón tras el cual el agente acaba estampado contra una señal vertical. El fuerte impacto le provoca una herida profunda en su antebrazo izquierdo que le llevó a perder mucha sangre. Los servicios sanitarios de una discoteca de la zona le propinaron los primeros auxilios y consiguieron taponar la hemorragia. Mientras tanto, el compañero de este agente vuelve a detener al senegalés, que forcejea durante al menos tres minutos con el agente, propinándole patadas y varios manotazos. Un testigo de los hechos acude a ayudar al agente a detener al senegalés cuando éste consigue levantarse y le propina un fuerte puñetazo en el ojo izquierdo.

El agente de la profunda herida en el brazo fue trasladado al hospital Can Misses debido a la gravedad de las lesiones. El senegalés, finalmente, fue detenido.

La reflexión

Estos graves hechos han llevado a José Antonio Granados, jefe de la Policía Local de Sant Josep, a realizar en redes sociales una profunda reflexión reivindicativa sobre lo sucedido.

«Cada vez son más frecuentes los episodios en los que el personal público es agredido, situaciones que nos indignan al ver cómo nuestra seguridad se ve amenazada de forma gratuita. Esta realidad no es exclusiva de nuestra Policía: compañeros de la Guardia Civil, del Cuerpo Nacional de Policía, personal sanitario, bomberos o vigilantes de seguridad, sufren también a diario situaciones claramente inaceptables», explica para seguir relatando que las patrullas en zonas de afluencia turística son habituales, pues entre otras situaciones suele haber menudeo de drogas.

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«Muchos vecinos nos comentan que, en zonas como Platja d’en Bossa, cada 10 metros hay una o varias personas, en muchos casos de origen senegalés, dedicadas a esta actividad. No vamos a ser hipócritas: todos tenemos ojos y en otros lugares serán personas de origen español, magrebí etc. No es algo que pase desapercibido ni para el más inocente de los ciudadanos que transita por este espacio. Sin embargo, detener a estas personas no es tan sencillo como podría parecer. Vivimos en un país repleto de garantías, y eso es algo maravilloso, pero como me dice un amigo y compañero, los derechos de una persona deben terminar donde empiezan los de otra y ahí es donde desde mi humilde punto de vista, estamos fallando: a nivel individual y colectivo, social y cultural».

«Como policía, mi labor es defender la polis, y a nivel personal ser una persona buena y justa, utilizando las herramientas que nos brinda el sistema. Pero a veces esas herramientas son insuficientes. Los legisladores parecen olvidar que toda acción debe tener una reacción, y esa reacción, en ciertos casos, debe ser "ligeramente" desproporcionada para que el delincuente comprenda la gravedad de sus actos: entrar en una casa sin permiso, robar un bolso o agredir a una persona o como en el día de ayer, a un servidor público, ya sea policía, profesor, sanitario, pues esta acción no es solo un ataque a la persona, sino a toda la sociedad», sigue explicando el jefe de Policía Local de Sant Josep, quien reclama más medidas de seguridad para los agentes en la calle.

«¿Dónde están los dispositivos eléctricos de contención (los conocidos Táser)?, en el almacén, pendientes de que se apruebe un reglamento para su uso por parte de las policías locales, ¿dónde están las herramientas para que jueces y fiscales no tengan que juzgar a diario a los mismos sujetos?, ¿de verdad creemos que son ajenos a esta realidad? Van desbordados».

En este sentido, afirma que cada vez más policías «solicitan destinos en oficinas porque tienen miedo o simplemente sopesan pros y contras, porque no saben al iniciar el servicio si volverán a casa, ni en qué estado lo harán, porque quizá ganen más trabajando en hostelería, en una oficina o repartiendo paquetes (con todo el respeto al resto de gremios)».

«La gente se cansa de luchar una batalla diaria sin resultados o con retrocesos y en ocasiones los enemigos los tenemos dentro, cuando nos burlamos de aquel policía que es decidido y quiere salir cada día a luchar. Pero mi mayor preocupación no es esa. Me preocupa mucho más saber hasta dónde tendremos que llegar para que se produzca un verdadero punto de inflexión. No quiero dictaduras, pero tampoco narcoestados donde la violencia extrema determine quién manda y aunque estemos aún lejos de esa situación, estamos en la senda», explica.

Granados le desea una «pronta recuperación» a su compañero agredido en la noche de este viernes, «debiendo tener claro que tiene el apoyo de todos sus compañeros y de la administración. A los caídos, mi más sincero respeto y apoyo a sus familias y amigos. Y a quienes puedan verse en peligro en el futuro, por haber elegido desarrollar esta maravillosa profesión, solo les deseo que llegado el momento tengan a su lado a tantos compañeros como necesiten, para que si ha de caer, no esté solo y que la sociedad los mantenga en pie a todos».

El jefe de la Policía Local de Sant Josep concluye reclamando que «se eliminen las barreras para contratar policías, sanitarios, bomberos. Que tengan acceso a un salario justo acorde al compromiso del servidor público y que se dote de los recursos necesarios para mejorar la seguridad y el servicio que ofrecemos y todo ello, redundará en una mejora significativa de la convivencia, la seguridad ciudadana y la paz pública. Gracias a todos los que hacéis de este país un sitio mejor».