Lluis Serra ofreció ayer, dentro del ciclo de conferencias sobre «Dietética aplicada al turismo» que se vienen inpartiendo en la extensión de la Universitat de les IllesBalears (UIB) en Eivissa, una ponencia acerca de los consejos alimentarios de la población y su base científica.

El catedrático de Palma recalcó la importancia de la dieta mediterránea a la que calificó como «la ideal para este contexto y el resto. Tenemos un patrimonio de valor incalculable». Por ello, defendió una «exportación de nuestra forma de alimentación a otros países, como indudable fuente de riqueza, y no dejarnos influenciar por los extranjeros que vienen aquí, en apartados como la fast food», a la vez que criticó el peligro de aumentar el consumo de bollería, leche o derivados. La riqueza de nuestras comidas se justifica, en palabras de uno de los autores del Libro Blanco sobre nutrición, en tres pilares: la calidad de la grasa que se consume, el aporte de hortalizas y frutas y la base de hidratos de carbono que conlleva.

Serra descartó que existan «alimentos buenos o malos», en relación a los diversos criterios que se vierten en torno a productos como el aceite o la leche:«Se trata de mensajes que se van combinado en función del avance de la investigación y de la obtención de nuevos datos».