Joan Torres Escandell demostró toda su fuerza soplando las velas de su 105 cumpleaños.

Sus hijos Juan, María y Vicente estaban con él, esperando a que llegaran el resto de familiares, amigos, conocidos y representantes políticos que quisieron rendirle homenaje y celebrar sus 105 años en la residencia de Can Blai, donde vive desde hace dos años y medio. Minutos después llegaron Oliver, su nieto de 36 años, su esposa Vicky y los hijos de éstos, el pequeño Lluc de dos añitos y Victoria, de cuatro. Mientras tanto, el homenajeado, don Joan Torres Escandell, sentado, sonriendo y recibiendo el mismo número de regalos que de besos y abrazos de su amplia familia.
«La única enfermedad importante que ha tenido fue una embolia que supero con éxito cuando tenía 85 años. Es un hombre de constitución fuerte, sano y que siempre ha llevado una vida muy activa», comentaba con orgullo su nieto Oliver, quien puntualizó: «Anoche nos llevamos un pequeño susto porque se cayó y pensábamos que quizá no podíamos hacer la fiesta de cumpleaños, pero no le pasó nada; sólo el sobresalto». Vicky, esposa de Oliver, recordó que cuando se casó hace siete años no sabían si Torres Escandell aguantaría toda la ceremonia y posterior convite: «Cuando nos casamos tenía 98 años y, claro, dudábamos de si podría aguantar la ceremonia y la comida, pero nos sorprendió porque aguantó como el que más».
Buena parte de la familia se reunió el domingo pasado en Pou des Lleó para celebrar los 105 años de Torres Escandell y ayer Can Blai acogió la fiesta más concurrida a la que asistieron compañeros, amigos y políticos. Y allí, en la residencia, se encontraron cuatro generaciones de la misma familia con Antoni Marí Carraca, alcalde de Sant Joan, y Patricia Abascal, consellera de Política Social y Sanitaria del Consell d'Eivissa.
Nacido en sa Cala, Torres Escandell trabajó de joven como pescador: «Muchas veces me llevaba a pescar con él. Tengo recuerdos muy bonitos de aquella época», aseguraba Joan, su hijo de 62 años, quien afirmó además que el secreto para tener tan buena salud y sobre todo llegar a la edad de su padre es llevar una vida sana: «Cuando acababa de pescar, muchas veces cargaba las cajas de peces en la bicicleta y se iba desde la cala a Eivissa para venderlas. También le gustaba mucho caminar; siempre estaba en movimiento. Además nunca ha sido de comer mucho. Le gustaba y le gusta sobre todo el pescado».
Tras recibir regalos, besos, abrazos e infinidad de felicitaciones por parte de sus familiares, Joan Torres Escandell se unió a los cánticos de feliz cumpleaños que sus compañeros de residencia le brindaron en el comedor, donde más tarde sopló tres velas con las tres cifras que identifican los años que ha vivido y disfrutó con ahínco de su pastel de cumpleaños, cuadrado, de nata y chocolate y en el que se podía leer ¡Feliz 105 aniversario, Joan!