El equipo del Centre de Recuperació de Cap Blanc movilizando a la tortuga más grande, Ruperta, para llevarla al mar.

Las dos tortugas que se encontraba en el Centre de Recuperació de Cap Blanc fueron puestas ayer en libertad tras curarse perfectamente. A Ruperta, de 25 años, la encontraron en Formentera con una lesión muy grave. Llevaba en el acuario seis meses. Una de las aletas delanteras se había enganchado a una red y la herida se le fue agravando, lo que provocó que le tubieran que amputar parte de la aleta. Lola, de unos tres o cuatro años, también se enganchó en un sedal por la zona de Cala Jondal. A ésta tan sólo se le retiró la red y ha estado con antiflamatorios en la extremidad por lo que tan sólo estuvo tres semanas.

Pablo, encargado del acuario, explicó ayer: «Nos hemos juntado tanto forestales como gente de la reserva de es Vedrà y un grupo de buzos de la federación que filmaron el momento de la liberación para montar un documental». «Hemos ido hasta sa Conillera donde se las ha soltado. Nadan muy bien así que enseguida han desaparecido». «Se recoge al animal, y se lleva a la clínica veterinaria en Eivissa. Ahí se encargan de diagnosticarlos y en caso de que haga falta operarlas lo hace el veterinario. Después nos da las instrucciones que debemos seguir para cuidarlas. Una vez en el acuario la vamos alimentando y limpiando. Cuando se considera que están totalmente recuperadas se llama a los forestales, que vienen, la recogen y la soltamos», explica Pablo.

Recientemente se ha encontrado una tercera tortuga, Margalida. A finales de octubre se prevé liberarla.