Un ambiente de resignación se respiraba ayer en el aeropuerto de Eivissa. Desde que comenzó la huelga encubierta de los controladores aéreos, a las 17,00 horas, los 2.200 viajeros afectados en la terminal de ibicenca debieron seguir casi un mismo ritual. Recibir la noticia de que su vuelo no iba a despegar y hacer la cola en la ventanilla de su compañía aérea para que les reubiquen en otro vuelo. Así, las colas llegaban al centenar de viajeros y la espera, a las dos horas debido a que las compañías sólo disponían de uno o dos trabajadores de cara al público.
A pesar de ello, el ambiente en el aeropuerto no era de tensión sino de «resignación y de santísima paciencia». Así lo describió el periodista David Ventura, que tenía previsto volar ayer a Mallorca para pasar el puente. «Dentro de lo que cabe la gente está muy tranquila, está resignada», destacó Ventura, que ya llevaba hora y media en la cola del mostrador de Iberia. Sin embargo, para su sorpresa, el cambio de billete que le propuso la compañía era obligatorio y no había posibilidad de devolución del dinero. «Te envían en el próximo avión, que en mi caso era mañana [hoy] a las 20,00 horas. Le hemos dicho que no lo queríamos y nos obligaron a decidir otra fecha con un calendario», relató.
Indignación
En la misma situación se encontraba el conseller de Política Esportiva, Mario Avellaneda. En su caso, sí llegó a embarcar en su vuelo de Iberia con destino Palma. Tenía previsto despegar a las 17,50 horas, pero el inicio de la huelga encubierta provocó que Avellaneda y el resto de pasaje debieran descender del avión. A_las 21,00 horas de ayer aún seguía en el aeropuerto, al igual que unos 500 viajeros afectados. «Estamos aquí atrapados en el aeropuerto y la gente está indignada porque dependemos de estas personas que cobran un sueldo increíble y que deciden que un día no trabajan y paralizan el país. Eso es inadmisible y espero que el ministro tome medidas en el asunto, serias y fuertes contra este colectivo», agregó.
Por su parte, Ventura calificó esta situación de «absolutamente vergonzosa». «No han tenido el valor de convocar una huelga, se han hecho los enfermos, deberían irse todos a la calle», concluyó.
Otros viajeros iban a ser reubicados en vuelos nocturnos, si concluía la huelga. Por este motivo, el aeropuerto, que cierra a las 00,30 horas, tenía previsto seguir abierto como un caso excepcional.