IBIZA INCENDIO

El incendio forestal arrasa la zona norte como nunca antes se había visto. Tanto es así que la ministra de Defensa, Carme Chacó, modificó su agenda en un momento vital para su partido y para su propia carrera política para desplazarse hasta Sant Joan y allí comprobar in situ las evoluciones de un fuego que ha ido a más muy rápidamente y que aún no tiene visos de poderse controlar, de momento. El Gobierno central ha prometido los efectivos que sean necesarios y ayer un primer contingente de la Unidad Militar de Emergencias (UME) por fin puso sus pies en la isla para participar en una lucha ardua y peligrosa. La persona causante del fuego ha sido detenida y se investiga su responsabilidad.

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Sin daños personales
A pesar de que ninguna vida se ha visto en peligro, varios centenares de personas se han visto afectadas y han tenido que abandonar bien sus casas, bien el lugar en el que se alojaban durante sus vacaciones, para que las llamas no causen daños físicos en la población. En total son unas 950 personas las que han sido obligadas a salir de la zona de peligro y el propio pueblo de Sant Joan estaba en el filo de serlo también. El número de superficie afectada también impresiona: al menos 1.500 hectáreas habrán sido alteradas por un fuego histórico que llega en un momento atípico: cambios de gobierno tras un proceso de elecciones autonómicas y locales y el inicio de la temporada turística, cuando un suceso de estas características pone a la isla en los grandes titulares por un hecho triste y de gran impacto. Por este motivo, y por ser el primer gran incendio forestal que vive España este inicio del verano, toda la atención mediática confluyó sobre la isla. El fuego es una gran preocupación y hasta la zona de control se acercaron ayer las principales autoridades civiles de Balears, con el presidente en funciones a la cabeza, Francesc Antich, quien coincidió con la persona que le sucederá, José Ramón Bauzá; el delegado del Gobierno, Ramon Socías; el presidente en funciones del Consell d'Eivissa, Xico Tarrés; el próximo presidente insular, Vicent Serra; el alcalde de Sant Joan, Antoni Marí Carraca; la consellera d'Interior i Justícia de Balears, Pilar Costa, y muchos otros cargos públicos, todos visiblemente preocupados por la rápida expansión de las llamas. La noche anterior, recordemos, se habían visto afectadas medio centenar de hectáreas y ya por la mañana la cifra se había, como poco, duplicado fundamentalmente por las condiciones meteorológicas.
Los daños en el medio natural son incuantificables; los de propiedades, hasta que no se pueda acceder al área no se sabrá, por lo que la tensión entre los residentes es máxima.