Una gran cantidad de escuelas de verano se organizan durante los meses de julio y agosto para ofrecer diversas actividades a los niños pequeños y los no tan pequeños para que las vacaciones resulten más entretenidas.
En el Club Náutico de Sant Antoni se encuentra este grupo de jóvenes que ha preferido pasar unas semanas en el agua aprendiendo piragüismo de mar.
El curso se compone de teoría y práctica: «Antes de salir por primera vez, hay que explicarles el funcionamiento desde tierra para que les resulte más sencillo», explica Toni Roig, monitor del cursillo y experto en esta disciplina, ya que fue uno de los impulsores del sector de piragüismo del club y que este año se ha decidido por compartir sus conocimientos con los más pequeños: «Hace ocho años empezamos con un curso similar y a partir de entonces nació esta rama», explica el joven, que desde entonces ha permanecido en el club y practica este deporte a nivel profesional.
Desde lejos se aprecia que predominan las chicas en el grupo pero el instructor señala que después suelen ser mayoría los chicos los que se apuntan a la escuela el resto del verano.
Minutos antes de marchar, Toni ultima los detalles de la salida mientras los chicos manifiestan su intención de cambiar de rumbo: «¡Hoy queremos ir hasta Cala Salada!», explica Nicolás mientras el monitor les advierte que es un buen tramo y que seguramente volverán muy cansados.
Detrás de los piragüistas se encuentran los chicos de la modalidad de vela, también ofrecida también por el club y que aprietan a los primeros para salir antes.
Finalmente, los dos grupos, piragüismo y vela, salen alborotados del puerto rumbo a Cala Salada en una excursión que Toni escoltará con una zodiac y que se alargará hasta mediodía.