La polémica saltó el martes en la última reunión de los trabajadores de Spanair en el aeropuerto de Eivissa. Allí, entre lágrimas de emoción y rabia contenida, varios empleados se preguntaban qué pasaría ahora con el traslado de personas fallecidas, pues al parecer, y según explicaron los trabajadores de la desaparecida compañía, Spanair era una de las aerolíneas más activas en el transporte de este tipo de carga. Air Europa, según explicaron, realiza el transporte de estas cargas de manera puntual, dependiendo de la capacidad de los aviones que operen las rutas, mientras que Air Nostrum «puede hacerlo», pero debido al tamaño de los féretros y sus recubrimientos especiales, que aumentan considerablemente el volumen, en la mayoría de ocasiones las medidas no se corresponden con las dimensiones de la puerta de la bodega de los aviones. Las opciones, por tanto, se reducen a Vueling porque Ryanair no transporta carga. Una portavoz de la primera compañía explicó ayer que nunca han hecho este tipo de transporte: «Nosotros en estos momentos no nos podemos posicionar sobre si lo haremos o no porque tenemos que encontrar primero una situación de estabilidad en cuanto a rutas y horarios».

Según explicaron desde Acciona Airport Services, la empresa que controla las cargas desde la terminal hasta el avión y a la inversa, la mayoría de traslados de personas fallecidas se dirigen a Palma para incineraciones. Los aviones que vuelan entre islas son de Air Nostrum y suelen ser pequeños, por lo que el difunto tiene que viajar en un avión a Barcelona y de allí a Mallorca «porque no hay vuelos directos con aviones grandes a Palma», precisó un trabajador de esta empresa. Aunque no siempre hay que pasar por Barcelona, pues existe la opción de Air Berlin «pero eso ya depende del agente de carga, contratado por la propia funeraria».

En verano, cuando algún extranjero fallece en Eivissa, el traslado se hace con una aerolínea que tenga vuelos directos a la ciudad de destino.

Para hacer este tipo de transporte influyen mucho las medidas del fallecido. «Hay varias medidas de adulto medio y grande», precisaron desde la oficina de Acciona en el aeropuerto. Este ataúd tiene que ir metido en otro de zinc sellado, otro de madera y, en ocasiones, el conjunto tiene que ir forrado con una tela especial para que no se identifique lo que es. Al final de este proceso, las medidas pueden haber aumentado mucho, por lo que el traslado en según que aviones no es posible.