«¿Cómo se entiende que la administración tenga 130.000 euros que teóricamente me corresponden y yo tenga que cerrar el centro?» Estas palabras son de Fernando Monge, fotógrafo y director de cine, que anuncia el cierre de Zona 6, un centro de formación audiovisual con una extensa trayectoria profesional. Monge se ha visto obligado a renunciar a una subvención de 68.000 euros para un curso de técnico de sonido y cerrar sus puertas después de más de diez años formando a personas en Eivissa.
El motivo del cierre es el retraso en el pago de las subvenciones que concede la administración para los cursos de formación ocupacional. La situación de Monge no es única sino que afecta a la mayoría de centros de formación ocupacional que reciben subvenciones del Servei de Ocupació de les Illes Balears. «A nosotros no se nos debe un año, como el la mayoría de los proveedores de la Comunidad Autónoma, nuestro problema es que los cursos nos lo otorgan vía subvención y no tenemos un año de retraso sino tres», dice Pere Coli, de la asociación de centros de formación privados de Balears. El problema estriba en que los centros han de presentar una memoria de los gastos, «que la administración tarda dos años en corregirla, cuando lo hacen generan la orden de pago y pasa a Tesorería, que tiene un año de retraso en pagar; es una situación insostenible».
Así le ha sucedido a Fernando Monge, que acaba de cobrar 6.000 euros que le adeudaban desde 2006 pero aún tiene una deuda de 60.000 euros correspondiente a los años de 2009, 2010 y 2011. Sus problemas económicos no son nuevos. «El año pasado tuve que cerrar el centro e hice mis deberes», dice Monge acerca del cierre de sus instalaciones propias en la calle Vicent Serra de Eivissa, ya que el Govern no pagó a tiempo las liquidaciones. En esos momentos obtuvo la subvención de 68.000 euros que no pudo ejecutarla en su centro «pero había demanda social». El curso de técnico de sonido contaba con 10 alumnos del curso pasado que completaban formación y otras cinco plazas para que las que había 29 solicitudes. Monge recurrió al Conservatorio de Eivissa para alquilar dos aulas y hacer el curso, con las instalaciones homologadas por la Conselleria d'Educació. «Llame a Educació y pedí el adelanto para empezar. El día antes de iniciar el curso me llamó la directora del SOIB para ofrecerme un trato, pagándome parte de lo que me deben y para el segundo trimestre de 2012, en junio cuando ya ha acabado el curso, pagarían el adelanto pero no puedo en esas condiciones. Me piden que asuma un curso valorado en 68.000 euros con 30.000 euros que me deben y me veo obligado a cerrar». El problema está en las convocatorias del centro, «tienes que adelantar el cien por cien y eso es una pasta. No hay ningún banco que te lo de».
Desde el 1 de febrero, Fernando Monge está en las listas del Inem. «Estoy en demanda de empleo por primera vez en mi vida», confiesa. Reconoce que ha sido una decisión difícil. «He estado al borde del cierre tres veces estos últimos años y lo he conseguido salvar con algún crédito o porque de repente llega la subvención en el último momento, pero ahora ya no hay créditos y las instituciones no pagan sus compromisos; si no van a pagar no tenían que sacar la convocatoria. No es que yo renuncie a una subvención de 68.000 euros es que el problema es que el SOIB no pone el dinero para empezar el curso», apostilla.

«Cuando empecé, las condiciones eran muy diferentes»
Monge empezó ofertando cursos de formación ocupacional en 1999. «Las condiciones eran muy diferentes», relata. Entonces, la administración adelantaba el 75% del coste de la acción formativa y el 25% restante se percibía entre los tres y seis meses de haber justificado la acción. El 25% se obtenía a través de un préstamo con el banco, «te adelantaban el dinero, pagabas unos intereses y cuando te liquidaban pagabas al banco, volvías a empezar el ciclo, teníamos unas pólizas de crédito que nos permitían disponer de este dinero de una forma ágil e ir devolviéndolo pero esas condiciones se van deteriorando», explica. «Los adelantos se empezaron a retrasar y las liquidaciones también. Cambian las condiciones y se adelantan el 65%, en lugar del 75%. Vas aguantando porque tienes la poliza». No obstante, la situación se complica y las liquidaciones se van retrasando. Este año, Monge señala que «la situación es demencial porque las liquidaciones van en tres años, me adeudaban material desde 2006 que me pagaron la semana pasada», pero aún queda por pagar.