La abogada de la asociación Manos Libres, Virginia López, contesta a los periodistas cuando le preguntan cómo se dirige el juez Castro a Iñaki Urdangarín. | Jaume Morey

«Me robó». El duque de Palma, Iñaki Urdangarin, casi al final de su interminable declaración, que ha finalizado pasadas las cuatro de la madrugada de hoy lunes, lanzó su mayor carga contra su ex socio, Diego Torres. A preguntas del fiscal Pedro Horrach el imputado explicó su distanciamiento de Torres a partir del año 2008 en problemas de dinero entre ambos y que sentía que su ex socio le había robado dinero. Antes, por la mañana, fue inquirido, asimismo, por los detalles que rodearon su salida del Instituto Nóos a instancias de la Casa del Rey en 2006. Dijo que le impusieron tres condiciones: que renunciara a realizar actividades profesionales con entidades públicas, que abandonara sus negocios con Diego Torres y la presidencia de Nóos y la Fundació Areté.

Pese a eso mantuvo cierta relación con Torres. Así, preguntado sobre sus constantes llamadas telefónicas al exdirector general de Deportes del Govern, José Luis ‘Pepote' Ballester para reclamarle 400.000 euros que el Ejecutivo de Matas le adeudaba por la realización del segundo convenio turístico-deportivo. Explicó que se había limitado a actuar de intermediario entre Diego Torres y el Govern balear, aunque matizó que el dinero no era para él y que las llamadas se limitaron a dos o tres. Esta reclamación de dinero se produjo en el año 2006, cuando ya la Casa Real (nunca personalizó en el Rey) ya había forzado su salida de Nóos. De hecho, el duque de Palma se desmarcó de la organización y de todo lo relacionado con la segunda edición del Illes Balears Forum que se celebró ese año.

Factura tras factura y correo electrónico tras correo electrónico, la declaración de Iñaki Urdangarin se eternizó en la madrugada de ayer. Horrach interrogó al duque sobre los documentos encontrados en el registro efectuado en la sede de Lobby Comunicación en Valencia. En concreto preguntó al imputado sobre una serie de seis informes que supusieron unos gasto de 240.000 euros a la Generalitat. Como hizo ante el larguísimo interrogatorio del juez José Castro, el duque volvió a circunscribir su papel al de contactar con las administraciones y empresas. «Lo desconozco» y expresiones similares fueron las respuestas más utilizadas por el imputado en su declaración.

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Aizoon

Por la mañana, Urdangarin había respondido a distintas cuestiones planteadas con minuciosidad por el juez Castro, entre ellas, el supuesto desvío de dinero público por parte de Nóos cuando él lo presidía. El marido de la infanta Cristina solo admitió su responsabilidad en la sociedad Aizoon, de la que es propietario al 50% con su mujer, y no de la gestión de resto de sociedades ‘satélites' de Nóos. Ese reconocimiento se produjo después de que el juez le enseñara una factura de Aizoon y él la reconociera: ¿No quedamos en que usted no sabía nada del dinero de las sociedades?, le preguntó el magistrado, a lo que Urdangarin respondió: «De Aizoon sí porque era administrador, de las demás no». Señaló que un primo suyo le pagaba en efectivo a una empleada del hogar de nacionalidad ecuatoriana

Se le exhibieron diversos correos electrónicos cruzados con el Bufete Tejeiro y facturas, la mayoría de las cuáles se desvinculó. No obstante, reconoció un documento por importe de 600 euros, dinero que fue utilizado para pagar los gastos de una empleada del hogar que necesitaba su secretaria personal. También le preguntaron por una factura de reparación de un termo de su chalet de Pedralbes, en barcelona. Al igual que de los anteriores documentos se desmarcó de éste. Varios de los correos exhibidos al imputado por el juez corresponden a comunicaciones entre otras personas.