La feria abrió sus puertas ayer por la mañana y en la primera jornada fueron muchos los residentes y turistas que se acercaron a interesarse por las novedades que ofrecen este año los artesanos. | Marco Torres

Hay productos de cuero, joyería, instrumentos musicales, bisutería esmaltada, plata, cerámica, jabones, sombreros, zapatos e, incluso, artículos de decoración para habitaciones. Pero si hubiera un artículo estrella en la vigésimonovena edición de la Plaça d’Art, que ayer volvió a abrir sus puertas en el paseo de Vara de Rey de Vila, sería el escepticismo.

No en vano, la mayoría de los 26 artesanos participantes coincidían en que la crisis les está haciendo mucho daño. «No te voy a engañar diciéndote que la situación actual del país no nos afecta, porque la gente no tiene dinero, y el que lo tiene está asustado y no quiere gastar», aseguraba Judith Serra, la última artesana que trabaja y vende las piezas de esmalte al fuego en los puestos de Eivissa.

«Cada vez se nos hace más difícil vivir de la artesanía porque todo sube, desde las materias primas y el transporte, y nosotros no podemos venderlo por menos dinero», explicaba un puesto más allá, Benjamín Castillo, un joyero con muchos años de experiencia en pulseras, anillos y collares de plata, quien también afirmaba que «ahora con el cambio de Gobierno seguro que todo irá a peor».

Motivos para el optimismo

Sin embargo, a pesar de la crisis económica también hay motivos para el optimismo dentro del sector de los artesanos. Esto es al menos lo que cree Gianni Rainaldi, presidente de la Asociación de Artesanos y también con un stand en la feria. «Para nosotros es muy bueno que se celebre este encuentro en Semana Santa porque nos permite mostrar nuestros productos nuevos y además, demostrar que somos artesanos y que no hacemos todo como en las grandes compañías», aseguraba tras vender un collar una clienta.

En este sentido, Rainaldi también se mostraba contento por «el resurgimiento que han tenido los productos artesanales a la hora de comprar regalos originales que no se pueden encontrar en otro lado y que no son ninguno igual porque todos están hechos a mano».

Algo, que según el presidente de la Asociación, servirá para relanzar el sector en tiempos como estos de crisis y que haga que la gente se acerque hasta esta feria que permanecerá abierta hasta el próximo 15 de abril.

De momento, muchos fueron los residentes y turistas los que acudieron a ver los puestos durante el primer día, aunque sólo sea para, como hizo el pequeño Alein, de apenas un año de edad, quedarse alucinado escuchando el sonido que salía de la flauta de los indios rojos que ha llevado hasta su stand el constructor de instrumentos Yaron Marco.