El conseller de Agricultura y alcalde de Sant Joan, Antoni Marí Marí Carraca aseguró ayer que organizará una reunión con técnicos de Medio Ambiente y con la Asociación de Apicultores de Eivissa y Formentera para buscar una solución al problema que plantea este colectivo, que advierte que la miel de la Isla está en serio peligro de extinción debido a las duras condiciones que exige para trabajar con las colmenas la Conselleria d’Agricultura, Medi Ambiente i Territori del Govern balear.

Para el conseller, los apicultores «deberían hacer un cursillo en manejo del ahumador». «Estoy convencido que hay gente mayor que sabe cien veces más que yo, pero creo que hay que hacer un cursillo para acostumbrarse y familiarizarse en manejar todo esto», destacó.

Carraca explicó que se reunió con los apicultores tras el incendio de la Sierra de Morna, siniestro del que hoy se cumple un año, y por el que se detuvo a un apicultor como responsable del inicio del fuego, que a día de hoy sigue preso a la espera del juicio.

El aniversario

El conseller insistió en que no puede decir si las condiciones impuestas a los apicultores son las correctas o no, y que por ello celebrará la reunión con técnicos forestales. «La apicultura es un necesidad como la vida misma, es un bien que tenemos en esta tierra porque tenemos una excelente miel de Eivissa, y sería una pena que esto se dejara», agregó.

Los apicultores se quejan de varios requisitos del Govern balear como la imposibilidad «de entrar en el bosque con un ahumador», según señaló Carraca.

Por otra parte, cabe destacar que hoy se cumple un año desde que se declaró el incendio de la Sierra de Morna que durante seis días arrasó con 1.576 hectáreas de esta zona de Sant Joan.

Según explicó el alcalde de Sant Joan, a lo largo de este invierno «se han hecho actuaciones importantes, sobre todo en el tema de concienciación de la gente». «Tanto es así, que en el municipio de Sant Joan se hicieron 175 inspecciones de asesoramiento para crear la franja de autoprotección de viviendas», explicó Carraca, que recordó que estas actuaciones eran «totalmente impensables hace algunos años».

Por otra parte, señaló que se han recuperado cultivos que sirven como cortafuegos, que se hicieron limpiezas en las zonas quemadas y que se crearon franjas para evitar la erosión.