Maneras mejores de nacer

La idea de este proyecto surgió de su propia experiencia en 2007. «Durante mi embarazo estaba muy sensibilizada con el tema del parto respetado. Me imaginaba un parto natural, acompañada en un contexto suave, dulce y familia», recuerda. De hecho, hizo su preparación para parir en casa pero cuando llegó la fecha no fue nada como estaba previsto. «No dilataba y la comadrona me dijo que me tenía que ir al hospital y casi me muero». Finalmente le hicieron una cesárea al día siguiente. «Además de esta confrontación de parto natural y hospitalario que ya hay, hice el recorrido de lo que pasa cuando quieres un parto natural y no lo tienes».

Ambiente hostil

Recuerda «un ambiente hostil y procedimientos un poco amenazantes en el hospital». Durante sus tres días de estancia en el hospital, escribiendo todo lo que le había pasado, compartió habitación con mujeres que habían pasado por partos difíciles. «Todas estaban en situaciones muy vulnerables, como la de un niño a punto de morirse o una mujer que acaba de abortar; viví la tensión de estas mujeres durante tres días, cómo eran atendidas, el lenguaje o el tono de voz; eran unas faltas de respeto constantes», recuerda.

La directora asegura que con esta película documental no se trata de «atacar al hospital, pero hay que revisar muchas cosas; el entorno hospitalario y el contacto de los ambientes enfermos con la escena en la que nace una nueva vida, es contraproducente; tendría que estar un poco más protegido el lugar en el que se da a luz de la enfermedad aunque esté cerca de un quirófano», opina.

El proyecto, producido por Michael Boyadjiev y Faustina Hanglin, cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Eivissa, a través de la concejalía de Igualdad en la anterior legislatura. Más peculiar fue la financiación de Ileana Rota, una «doula», una figura femenina de apoyo en el parto, que aportó 1.000 euros. «Vive entre Eivissa y Estados Unidos y nos apoyó», recuerda.

Servicio social

'Parte de Partos' contiene dosis de pedagogía, teatro y periodismo. «En la película hay una intención pedagógica de hacer formación, hay un latido dramático y un quehacer periodístico. Mi intención es ponerlo al servicio de la sociedad, la ciudadanía y los profesionales para pensar juntos maneras mejores, caminos posibles. No tengo respuesta, lo que hago es despertar interrogantes que están ahí», reflexiona la directora y realizadora. En su opinión, en la situación actual, de crisis, nos encontramos «en un momento bisagra en el que hay que establecer plataformas donde quepan todas las voces, escuchar la voz del que es distinto; nos tenemos que entender».