El colectvo marroquí ha denunciado en los últimos meses la situación de desamparo en la que vive.

Ocurrió la semana pasada en un centro de salud de la Isla. Un paciente, de 62 años, acudió por urgencia a que lo atendieran porque se había pillado un dedo con la puerta de su vehículo y tenía una herida en el dedo. Pese a vivir hace más de 20 años en Eivissa, ahora está sin trabajo ni cobra el desempleo y para ser atendido tuvo que firmar un compromiso de pago de 80 euros, pero al decirle que era necesario hacer una radiografía para descatar una fractura en el falange, el paciente decidió no acudir al hospital de referencia, al hospital Can Misses, por falta de recursos económicos. El caso, confirmado por fuentes sanitarias, es uno de los tantos que se encuentra el personal de los centros en los últimos meses.

Pero esta no ha sido la única persona afectada por llos erecortes. «Había pedido una cita para que la viera el médico, miraron por el ordenador y le dijeron que ya estaba fuera del sistema. Tuvo que ir a Urgencias y le cobraron 80 euros», explica Alda Yurramendi otra situación que se ha vivido recientemente. Yurramendi es portavoz de la Plaforma por la Convivencia, que ha denunciado en varias ocasiones que los inmigrantes se han quedado sin cobertura sanitaria. «Estamos muy atentos a lo que está pasando. No estamos de acuerdo con los recortes», añade. En Eivissa se calcula que entre 2.000 y 3.000 inmigrantes sin trabajo y sin cotizar tienen que pagar por recibir atención sanitaria, según los datos de la Plataforma.

Una de estas personas es Rosa, una uruguaya, que se ha dirigido a la asociación de Uruguayos para expresar su preocupación por quedarse sin cobertura sanitaria tanto ella como su hija. «Traer la documentación de mi país de origen cuesta 200 euros por persona», relata. Con varias enfernedades crónicas, entre ellas asma, hipertensión y liquen esclerosos, expresa su preocupación porque no puede renovar la tarjeta sanitaria. «Vence a finales de julio y necesito ver al médico de cabecera periódicamente para que me recete medicación», explica. A partir de agosto se queda sin tarjeta sanitaria. «Tendré que ir a Urgencias por no tener tarjeta. ¿Por qué no encuentro quien me haga un contrato? No tengo claro si me atenderán sólamente o me proporcionarán los medicamentos que necesito», cuenta.