Teresa Sagalés, Marienna Sáchez-Jáuregui y el técnico Rafael García Lozano, en una visita la estación. | Marco Torres

La alcaldesa de Vila, Marienna Sánchez-Jáuregui, espera mantener hoy una reunión «definitiva» con el Consell d’Eivissa para consensuar las tarifas de utilización de la nueva estación de autobuses del Cetis. Aún así, y siempre pendiente del consenso con la máxima institución, la alcaldesa ya tiene una hoja de ruta propia para seguir en caso de que se den las condiciones y el traslado de los autobuses no se lleve a cabo por parte del Consell: aprobar las tarifas por pleno el próximo mes de julio, si la interventora municipal da luz verde, y obligar a desalojar la parada de la avenida Isidor Macabich.

«Confío en que con el Consell podamos consensuar las actuaciones y que no nos veamos en la necesidad de utilizar medios legales que no dejan de ser una situación incómoda», advirtió ayer Jáuregui, quien detalló que estas medidas legales serán la imposición de «sanciones» por ocupar una vía cuando «no puedes ocuparla» así como «prohibir que aparquen allí». «Pero yo entiendo que no vamos a llegar a este punto, entiendo que antes vamos a consensuar y a negociar las actuaciones», insistió.

La alcaldesa recordó que Sagalés, la empresa concesionaria del Cetis, rebajó las tarifas a cinco euros por entrada y salida de autobús, y explicó que esta revisión entró hace tres días al Ayuntamiento.

«La interventora revisará estas tarifas y si vemos que son correctas las tenemos que someter a pleno», señaló Jáuregui, que también confía en que la máxima institución haga las pruebas de operatividad, aunque se haya negado a llevarlas a cabo esta semana durante los días que le propuso la sociedad gestora del Cetis. «Esas pruebas operativas se van a hacer, y una vez que estén hechas y las tarifas aceptadas, evidentemente si no se trasladan tendremos que tomar las medidas legales por los incumplimientos que conlleve el no trasladarse a la estación. Pero no quiero adelantarme, nos sentamos otra vez Consell y ayuntamiento, y confío en que va a imperar lo razonable, el sentido común», concluyó.