Su puesto es de los más frecuentados de Las Dalias, sobre todo por los niños, que se quedan impresionados por sus intrumentos y sus bromas. | ANA ISABEL GARRIDO SANCHEZ

Entre el alboroto de los cientos de visitantes que pasan un sábado por Las Dalias, de repente, se escucha una suave melodía acompañada de una gran carcajada surgida de una voz grave. Es Yaron Marko, un israelí de sobra conocido en Eivissa y que, dentro de este universo de puestos que hay camino de Sant Carles, aporta algo diferente.

Su mundo es todo aquello que pueda generar sonidos. Todo tiene cabida en su pequeño puesto, desde pequeñas ranas, búhos, elefantes o grillos de percusión hasta objetos más sofisticados que él mismo fabrica como un ektara, un instrumento de cuerda muy simple utilizado en India, un didgeridoo empleado por los aborígenes de Australia, o las campanas tubulares que suenan con el viento.

«Llegué a Eivissa en 1976 desde Amsterdam y desde entonces no he parado de estudiar, coleccionar y fabricar todo tipo de instrumentos llegando a tener más de 250 en mi casa», explica con su permanente sonrisa.

Tal vez por ello su puesto sea uno de los de mayor éxito. «Aquí se paran muchas personas a ver lo que tengo, sobre todo los niños que se quedan impresionados por mis ranas acústicas que son prácticas, resistentes y se pueden usar como elemento de percusión», asegura el propio Marko mientras con una varilla rasca el lomo del pequeño animal obteniendo un curioso sonido.

Además, este israelí también tiene instrumentos tradicionales que asombran a propios y extraños. «Esto es una guimbarda, un arpa de boca que está volviendo de nuevo a circular tras unos años desaparecida», explica Marko a un señor mayor asombrado al ver este pequeño objeto. «Pero no tenga miedo que yo lo traigo para que lo vea y compruebe que aquí todo suena», termina Marko mientras sonríe y el señor ya no tiene ninguna duda que se llevará la guimbarda a casa.