La parada de taxis de la terminal ibicencia recuperó ayer su funcionamiento habitual. | Luciana Aversa

La normalidad volvió ayer al aeropuerto de Eivissa tras el paro espontáneo que protagonizaron medio centenar de taxistas el jueves por la mañana y que dejó ‘tirados’ a cientos de turistas durante dos horas en la terminal ibicenca. La imagen de una fila interminable de viajeros esperando en la parada de taxis el final de la protesta dio lugar ayer a la del funcionamiento habitual, con el paso incesante de vehículos cargando turistas con maletas cada vez que aterriza un vuelo. Y así podría continuar ya que los taxistas no harán nuevas protestas, por el momento.

Sin embargo, los ánimos seguían caldeados, no solo con el motivo de la protesta, los taxis piratas que operan a sus anchas en el aeropuerto, sino también por el anuncio de la alcaldesa de Sant Josep, Neus Marí Berris, de sancionar a los 47 manifestantes registrados por la Policía Local durante el paro.

En este sentido se expresó Encarna Herrera, una de la conductoras que participó en la protesta. «Me parece mal porque hay cosas más graves por las que abrir expedientes. Es un ataque directo contra nosotros, que somos los que estamos sufriendo a esa gente. Los tenemos aquí cada día y somos los que batallamos con ellos», destacó, y aunque reconoció que «las cosas se hicieron mal», aseguró que el paro surgió por un cabreo generalizado. «Llega un momento que te quema y explotas. Estábamos muy cabreados», agregó.

La taxista explicó que, por el momento, ninguno de los participantes habló ayer de hacer más protestas. «Pasa que cada día son más y más, y llega un momento en que te cansas porque esto no existe de este verano, al contrario, este verano ya se lo están tomando con más libertad porque, como no pasa nada, vienen aquí, toman café con nosotros, y tu te quedas aquí parado y ellos salen con sus viajecitos», insistió la taxista en alusión a los ‘piratas’ que, según quiso remarcar, «ahora están más tranquilos, pero otros años, incluso, llegamos a sufrir sus agresiones.

«Un sentimiento unánime»

En el mismo sentido se expresó Francisco Cardona Ribas, que conduce un taxi estacional y no formó parte de la protesta. «Si las autoridades no ponen remedio al tema de los vehículos ilegales alguna cosa se tendrá que hacer, pero siempre dentro de la legalidad», destacó el taxista.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Taxistas Autónomos de Sant Josep, Juan Carlos Marí Marí, explicó que convocará a su junta directiva «para valorar la situación», ya que la protesta se organizó sin el beneplácito de la asociación, con lo cual ahora analizará su futuro como presidente.

Aún así, explicó que su periodo de cuatro años al frente de la agrupación termina en octubre. «Y lo más seguro es que acabemos la legislatura por el poco tiempo que nos quede y después a ver si hay nuevas caras», afirmó en referencia a la renovación de la directiva.

El taxista señaló también que, aunque no estuvo de acuerdo con la protesta, «fue un sentimiento casi unánime de todos y un movimiento muy general». «Mucha gente paró porque no podía más, y otros por compañerismo; entonces, realmente, cabecillas no había», explicó. «He hablado con compañeros y entendieron que éste no es el camino», agregó.

Marí anunció que intentará mediar con el Ayuntamiento de Sant Josep para que en cuestión de sanciones los taxistas «sean los menos perjudicados posibles». «Miraremos que se intente comprender la situación y si tiene que haber sanciones, que sean lo más leves posibles, y que no haya ningún expediente», explicó.

El Consistorio analiza ahora si el paro ha sido una falta leve, grave o muy grave, «que puede variar entre cinco o diez días de suspensión del permiso». «Pero no creo que se llegue a este extremo», concluyó el presidente de la agrupación.