El Ayuntamiento de Eivissa aún no se ha puesto en contacto con la concesionaria de la estación de autobuses, la sociedad gestora Cetis, para pedir la revisión a la baja de las tarifas. La alcaldesa Marienna Sánchez-Jáuregui anunció el pasado martes que pedirá a la empresa una justificación de los precios actuales, con el objetivo de rebajarlos y aprobarlos en un pleno extraordinario antes de que de termine agosto. Pero una semana después, la sociedad Cetis solo conoce las intenciones de Jáuregui a través de los periódicos.

En respuesta, la portavoz de la concesionaria del Cetis, Teresa Sagalés, aseguró que si el Consistorio quiere modificar las tarifas de cara a las empresas de autobuses y a los usuarios siempre puede subvencionarlas. «Ellos subvencionan con las cantidades que quieran y asunto acabado. Lo puede hacer ella [la alcaldesa], lo puede hacer un mecenas o lo puede hacer el Consell», agregó Sagalés, para quien si se hubiera querido una estación más barata se tendría que haber financiado con fondos públicos. «Pero la alcaldía lo que pidió [en su momento] fueron fondos propios de empresarios para construir una estación. Esto es lo que sucedió y ahora, aunque no me gusta la palabra, han de apechugar. Es un problema en el que me remonto muchos años atrás. Se tomó una decisión y ya está, lo que no puede ser es que ahora la quieran como si fuera del Estado, es una concesión y como tal tiene unos reglamentos y unas leyes por las que se rige», agregó Sagalés.

La portavoz aseguró que aún no ha recibido ninguna petición del Ayuntamiento al respecto. «A nosotros no nos ha dicho nada pero de todas maneras esperaremos, porque desde luego uno no tiene la obligación de leer el periódico para enterarse que la alcaldesa ha dicho lo que sea. Hay teléfono, correos y muchísimas cosas para entablar contacto», indicó Sagalés.

Cabe recordar que a raíz de un informe del departamento de Intervención, Jáuregui aseguró que las tarifas de explotación podrían ser más baratas. El estudio pone de manifiesto su «disconformidad» con los precios actuales porque en ellos se repercute el «gasto común» a toda la concesión cuando, según la alcaldesa, solo debe soportar los costes exclusivos de la estación.

Así se refiere al último precio ya rebajado por parte de la concesionaria, de cinco euros por entrada y por salida de autobús [antes eran 50 euros], un coste que tendrá que ser repercutido en el billete del usuario o pagado a través de subvenciones porque las empresas de transporte se niegan a asumirlo, ya que ahora utilizan como estación la avenida Isidor Macabich, gratis. Para Jáuregui, si se eliminan los gastos ajenos a la estación, la tarifa podría quedar por debajo de cuatro euros.

En este sentido, Sagalés dijo desconocer el informe y anunció su intención de no bajar las tarifas. «En principio nos mantendremos, no es que cada día puedas bajar cinco céntimos o subir diez. Han sido estudiadas y muy escudriñadas por los economistas», agregó.

Por último, aseguró que Vila aún no ha respondido a su requerimiento de responsabilidad patrimonial en el que pide 15 millones de euros por mantener cerrada la estación durante más de un año.