La práctica del transporte ilegal en Eivissa se remonta más allá de 1999, año en que Pere Palau, desde la vicepresidencia del Consell, anunciaba que pondría «especial interés» en controlar el intrusismo dentro del sector del taxi. Según registra la hemeroteca de Ultima Hora Ibiza y Formentera en el verano del 2000 ya la Asociación de Taxistas de Eivissa expresaba su temor por una nueva «oleada de taxistas ilegales como sucede cada año con la llegada de la temporada alta», relataba la crónica.


Desde entonces, el problema reaparece puntualmente cada verano a pesar de las diferentes fórmulas empleadas desde el Consell y los ayuntamientos. También se hace notar el enfado de los taxistas que a lo largo de esta década adoptaron posturas extremas en dos ocasiones, por lo menos conocidas. La primera vez bloquearon el acceso al aeropuerto y a la discoteca Amnesia, en agosto de 2008. La segunda vez fue esta misma semana y la protesta consistió en dejar sin servicio durante dos horas a la terminal ibicenca, también en pleno agosto.

Paralelamente, a lo largo de estos diez años, el Consell y los ayuntamientos han intentado de todo pero con poco éxito. Quizás la medida más importante ha sido el incremento de licencias estacionales por parte del Consell en 2007, no sin la oposición del propio sector, cuya patronal llegó a ir a la huelga porque no quería compartir las licencias al 50% con los asalariados. Este año la medida se ha superado con creces ya que los ayuntamientos se han encargado de conceder los permisos y en algunos casos han llegado a duplicar las licencias, como es el caso de Sant Josep, que ahora mismo tiene 140 coches en la calle.

Menos críticas al sector

El incremento de los permisos acalló las críticas de la falta de taxis en verano que originó la presencia del transporte ilegal, pero no erradicó el problema ni mucho menos. Las campañas informativas, los expedientes abiertos en el Consell y el incremento de las multas tampoco dieron resultado, ya que el paraguas de la ilegalidad en el que se refugian los ‘piratas’, muchos de ellos extranjeros, les permite acumular expedientes y multas sin consecuencias. Incluso el exconseller de Mobilitat, Albert Prats, anunció una vez un acuerdo con el Ministerio del Interior para que los ‘piratas’ extranjeros no pudieran volver a España. Tampoco dio resultado.
Y así siguen operando en sus diferentes versiones: en grupos organizados, por libre, con vehículos de alquiler, con coche propio, de día y de noche, en el aeropuerto, playas, discotecas, y un largo etcétera.

Ahora un nuevo decreto del Govern a instancias del Consell permite inmovilizar los coches e interponer multas de 6.000 euros para su retirada, una medida que está llenando los depósitos municipales de vehículos de alquiler y particulares, que en algunos casos están siendo recuperados a pesar de las cuantiosas sanciones [ver apunte]. Habrá que esperar a ver si esta nueva fórmula arroja resultados. Mientras tanto, el enfado de los taxistas es una bomba de relojería que ya estalló esta semana dejando ‘tirados’ a cientos de turistas en el aeropuerto.

El apunte

Pagan 24 multas de 6.000 euros en Vila

La Policía Local de Eivissa ha inmovilizado 33 automóviles pertenecientes a taxistas ‘pirata’ desde mediados del pasado mes de junio, cuando entró en vigor el decreto del Govern que permite a las fuerzas de seguridad de los municipios del archipiélago inmovilizar estos vehículos.
De los 33 coches, hasta la fecha se han retirado del depósito un total de 24, previo pago de la correspondiente sanción, que asciende a 6.000 euros (4.500 euros si se paga antes de 15 días). Así, quedan todavía nueve automóviles ‘pirata’ en dependencias municipales. Los conductores apercibidos por la Policía Local de Vila son de nacionalidad española, marroquí, rumana, ecuatoriana, albanesa y kosovar.