El periodista Francisco López-Seivane, ayer por la mañana, cerca de la sede del periódico.

El periodista Francisco López-Seivane es uno de los grandes viajeros de este país. Nacido en Barruelo, un pequeño pueblo de la montaña de Palencia, este colaborador habitual del diario El Mundo, donde escribe su blog Crónicas de un nómada, es, además, un profundo conocedor de las sabidurías orientales. Este fin de semana hace escala en The Garden Of Light, en Sant Miquel, para ofrecer un seminario sobre Control emocional y gestión del estrés.

—¿Qué es el estrés?

—Fundamentalmente, la primera causa de muerte a día de hoy. Está detrás de todas las grandes patologías, como los infartos, el cáncer o la esclerósis. Más concretamente, el estrés es una reserva de energía de la que podemos echar mano en situaciones límite pero que tiene un coste que se paga caro.

—¿Eso es lo negativo?

—Si se convierte en un hábito, sí. No podemos vivir siempre con esa reserva de energía porque te conviertes en una máquina que funciona sin control.

—¿Qué síntomas tiene?

—Entre otros, el insomnio, la hiperactividad, el descontrol y el desorden emocional, la falta de concentración y, sobre todo, un falso dinamismo que al final no se puede controlar.

—¿Cómo se genera?

—Normalmente es una reacción ante un cambio en nuestra vida. Cuando se tiene que hacer algo nuevo se requiere toda la atención de nuestra mente y por eso se origina principalmente el estrés.

—En la sociedad actual, ¿esto se puede controlar?

—Es complicado, pero se puede lograr. La persona que sufre el estrés es la última que toma conciencia de ello ya que se cree alguien muy dinámico y capaz de hacer mil cosas a la vez cuando en realidad está pasado de vueltas.

—¿Qué recomienda?

—Revisar nuestra actitud ante la vida eliminando el miedo o la ambición. Además, también es básico mejorar algunos pilares básicos de la vida, como la respiración, el ejercicio físico, la concentración y la alimentación.

—¿Lo que se come también influye en el estrés?

—Por supuesto. El estrés es un desorden interior que te lleva a un desorden exterior y la alimentación también importa. Cuando se come sin estar sentado, de forma muy rápida o sin hacer la digestión correctamente, el estrés aparece rápidamente. Además, hay algunos alimentos que también influyen, como, por ejemplo, la carne, el alcohol o el café.

—¿Y el lugar donde se vive también importa?

—Sólo un poco. El estrés tiene que ver más con tus ambiciones internas, y si eres ambicioso no importa el lugar en el que se vive. Aunque tu vivas en una casa situada en un lugar idílico, tu mente no para de dar vueltas generando miedos y emociones que son las que hay que aprender a controlar.